lunes, 12 de mayo de 2014

Mejor a la antigua

El Samurai, quien fue ídolo en Japón durante una década y allá nunca se le vinculó con los esteroides, ha echado tremenda broma. Salir positivo en dos exámenes antidoping es argumento irrebatible y el hecho de que se hayan realizado a escasos 90 días de terminada la temporada venezolana le da mas contundencia a la sospecha, tanto que se convierte en certeza

HÉCTOR BECERRA/TalCualDigital
El añejo récord de 20 jonrones de Baudilio Díaz, la joya de la corona entre las marcas de la pelota criolla, perduró lo que la edad de Cristo, hasta que hace solo unos cuatro meses y pico fue derribado por el fortachón Alex Cabrera a batazo limpio.

Bueno..., al menos así se suponía hasta que una noticia aún fresquita llegada desde México induce a pensar todo lo contrario: el nuevo registro puede estar tan sucio como una mancha de merengada anabolizante derramada sobre el home.

Con este inoportuno y no menos triste capítulo del pelotero de Caripito, para lamento de mucha gente incauta ­grupo de caídos por inocentes entre quienes nos contamos­, se vislumbra una situación semejante a lo ocurrido con Barry Bonds, el estelar ex grandeliga inmiscuido hasta el cogote en las investigaciones sobre uso de esteroides.

Es cierto que el slugger hecho famoso con los Gigantes de San Francisco superó en las estadísticas al histórico Hank Aaron y a Mark McGwire, éste último también cuestionado por doping para mejorar el rendimiento, pero esos números de nada la sirven y más bien su legado parece destinado a quedar en ascuas para siempre.

Bonds y Cabrera, de una u otra forma, engañaron a una muchedumbre de fanáticos, periodistas, directivos de equipos, dirigentes y hasta a sus propios compañeros de divisas. Quizás nunca se compruebe a plenitud si ambos peloteros alcanzaron sus récords sacando ventaja del consumo de drogas prohibidas.

Ni tampoco si fueron víctimas de inescrupulosos aprovechadores. Lo que sí está más claro que el agua es que las dudas sobre la legitimidad de sus marcas, las cuales se conservan como oficiales en los libros de la MLB y la LVBP, persistirán largamente.

Veamos lo que acaba de pasar hace cosa de un mes, cuando se celebró el 40 aniversario del cuadrangular 715 de Aaron. Aquella memorable conexión del 8 de abril de 1974 había dejado atrás los 714 de Babe Ruth, hasta ese momento uno de los registros más emblemáticos de cualquier época.

El "papeado" Bonds, quien luego arrasaría con todos los guarismos en este departamento, finalizó su carrera de 22 años con 762 estacazos, superando los 755 compilados por Aaron. El entonces flamante "rey" de los jonroneros, valga la acotación, también estableció en 2001 el récord para una temporada con 73, borrando los 70 que había pegado McGwire en 1998 durante el muy publicitado mano a mano contra el dominicano Sammy Sosa.

Pues bien, durante el acto en cuestión, varios de los personajes invitados, entre quienes se encontraba Bud Selig, comisionado de la MLB, hicieron loas a Aaron, hoy de 80 años de edad, e indirectamente le echaron tierra a Bonds en el rostro.

El presentador Peter Van Wieren, un ex narrador de 33 años con los Bravos de Atlanta, presentó al venerable ex jugador como "el verdadero rey de los jonrones" y Terry McGuirk, alto directivo de ese equipo, descargó este latigazo: "Aaron estableció el récord de jonrones a la manera antigua y por eso siempre será el rey de los jonrones de todos los tiempos".

La presencia de Selig en la ceremonia y la respuesta que le dio a un reportero cuando éste le indagó sobre la frase "el verdadero rey de los jonrones" al referirse a Aaron, hacen suponer que la posición "oficial" de la autoridad en el mejor beisbol del mundo es que Bonds tendrá que cargar con su karma de por vida.

"Yo mismo he dicho eso, y lo voy a dejar ahí", fue lo que respondió el jerarca de la MLB. Posiblemente, como ha venido sucediendo en los últimos años, estas palabras ratifican que Bonds nunca será elegido al Salón de la Fama de Cooperstown y que sus cifras de bambinazos, aunque permanecerán como las marcas vigentes, con o sin asteriscos, perdurarán manchadas.

Lo de Cabrera apenas acaba de reventar, aunque se vislumbra algo parecido. El presidente de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, Oscar Prieto Párraga, declaró que se sintió burlado por el penoso incidente, al igual que una enorme cantidad de personas ligadas al primer deporte nacional, pero de antemano deslizó que el récord de vuelacercas, establecido por el jugador de los Tiburones de La Guaira el pasado 2 de diciembre, se mantendrá como la marca oficial del circuito. Igual reconocimiento mantendrá la Triple Corona de bateo, hazaña inédita aquí y en el resto del Caribe.

El anuncio de la Liga se fundamenta en que la prueba antidoping fue hecha en México y no en el país, cuando el pelotero daba palos por todas partes y más de un desconfiado lo acusaba de estar en "algo raro".

"Ese tipo tiene que estar puyado", se escuchaba decir por doquier a medida que Cabrera se acercaba a la marca del fallecido y popular catcher del Caracas. En aquellos días, con un escrito en estas mismas páginas, nos plegamos a una corriente de opinadores que defendían al poderoso toletero.

Entre sus protectores estaban sus propios entrenadores y el cuerpo técnico del conjunto tiburón. "Todo el mundo es inocente hasta que se pruebe lo contrario". ¡Qué pelón! Total que el Samurai, quien fue ídolo en Japón durante una década y allá nunca se le vinculó con los esteroides, ha echado tremenda broma.

Salir positivo en dos exámenes antidoping es argumento irrebatible y el hecho de que se hayan realizado a escasos 90 días de terminada la temporada venezolana le da mas contundencia a la sospecha, tanto que se convierte en certeza.

No se sabe que resolverá la Liga en el futuro ni cómo quedarán las cosas al final, pero en lo que a nosotros respecta, el récord de jonrones seguirá siendo de Baudilio, que al igual que Aaron "lo estableció a la manera antigua".

No hay comentarios:

Publicar un comentario