lunes, 4 de marzo de 2013

Atentado fatal

Al menos 45 personas murieron este domingo en Pakistán en un ataque contra una parte chiíta de la ciudad de Karachi, la más grande del país

Un atacante suicida detonó explosivos adheridos a su cuerpo mientras musulmanes chiíes salían de una mezquita en la capital comercial de Pakistán el domingo, matando al menos a 45 personas, en otra señal de que militantes suníes están aumentando los ataque sectarios.


"Fue una explosión poderosa en un área congestionada dominada por chiíes", explicó el alto funcionario de la policía Shabir Ahmad Sheikh sobre el ataque.

El alto funcionario de la ciudad Hashin Reza dijo que al menos 45 personas habían muerto y que 149 resultaron heridas en la explosión en la mayor ciudad de Pakistán.

Ofensivas militares y ataques con aeronaves no tripuladas estadounidenses contra los talibanes en Pakistán en los últimos años han reducido el número de ataques suicidas contra objetivos militares y del Gobierno.

Sin embargo, grupos suníes, principalmente Lashkar-e-Jhangvi (LeJ), han escalado sus ataques contra los chiíes, de quienes creen que no son musulmanes.

Los atentados bomba contra chiíes han acabado con la vida de casi 200 personas sólo en la ciudad de Quetta desde comienzos de año.

En el 2012, los ataques y enfrentamientos sectarios en Pakistán subieron un 47 por ciento, a 208 incidentes, según el Pak Institute For Peace Studies, una prominente consultoría pakistaní.

Aunque la masacre de Quetta causó impacto mundial, una investigación de Reuters en una serie menos conocida de asesinatos en Karachi sugiere que la violencia está tomando una nueva y volátil dimensión mientras un pequeño número de chiíes se defiende.

Los aliados occidentales de Pakistán se han concentrado tradicionalmente en el desafío que significan para el Estado nuclear los militantes talibanes que combaten al Ejército en los altos llanos de la frontera con Afganistán.

Pero un ciclo de matanzas en las calles de Karachi apunta a un nuevo tipo de amenaza: una campaña del LeJ y de grupos aliados pakistaníes antichiíes para abrir rencillas sectarias en la ciudad de 18 millones de habitantes.

Agentes de Inteligencia pakistaníes afirman que el LeJ se ha convertido en la mayor amenaza a la seguridad en el país que también lidia con una frágil economía, infraestructura en ruinas y pobreza generalizada.

Las frustraciones de los chiíes crecen con cada explosión. Los chiíes dispararon al aire el domingo por la noche en Karachi, una metrópolis plagada por el crimen y la violencia étnica y política.

"La explosión fue tan grande, que remeció toda el área", afirmó el testigo Ali Reza. "Dos viviendas y tiendas cercanas pegaron fuego tras la explosión y se cayeron los balcones de varios edificios", agregó. Otro testigo, Muhammad Kazim, dijo que mujeres y niños que realizaban compras en las inmediaciones habían resultado heridos.
Fuente: TalCualDigital

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