A la vista del recorrido de alemanes e italianos hasta esta instancia, la Mannschaft de Joachim Löw llega como favorito, tras los cuatro triunfos en fila desde el inicio del torneo: ganó el grupo de la muerte con victorias ante Portugal (1-0), Holanda (2-1), Dinamarca (2-1) y goleó 4-2 a Grecia en cuartos.
En cambio, la Nazionale de Cesare Prandelli debió luchar más acabando segunda de llave detrás de España, con la que igualó 1-1. Después empató 1-1 con Croacia y venció 2-0 a Irlanda. En cuartos se impuso a Inglaterra por penales (4-2 tras 0-0), reseñó la agencia AFP.
Pero los italianos se atan al pasado para soñar, pues jamás perdieron con los alemanes en un partido oficial de cita grande. Los mano a mano muestran tres victorias azzurri y tres empates en Mundiales y Eurocopas. También se cruzaron en las eliminatorias mundialistas de 1962, saldada con empate.
Las cicatrices dolorosas las hicieron con tres victorias especiales: 3-1 en la final de España-1982 y dos semis mundialistas, una en México-1970 y la última en Alemania-2006 (2-0).
El último cruce de ese rico historial se dio en febrero de 2011 en Dortmund y acabó 1-1.
"Alemania nos tiene miedo, saben que podemos crearles dificultades dado lo que ha sucedido en el pasado y van a tener que tener cuidado para que no se repita lo de 2006", afirmó el volante Andrea Pirlo.
"Haremos el mismo juego porque es la única forma en que sabemos jugar, estamos listos para afrontar eso, pues vinimos a la Euro para ganar", añadió.
Löw respondió rápido a la guerra psicológica. "En el fútbol no hay revancha. No es posible recuperar lo que se perdió en 2006, eso ya pasó", dijo.
"En 2006 una parte de nuestros jugadores estaban ya en el equipo, pero hace ya seis años y la situación era diferente", apuntó Löw.
Los duelos Özil-Pirlo en el centro, Thomas Müller-Federico Balzaretti en un lateral y Mario Gómez-Andrea Barzagli en un eje podrían desequilibrar la historia, con los dos armadores de cada elenco seguramente con la llave del triunfo en sus manos, si es que no está en las del genial Gianluigi Buffon.
Prandelli usará un tradicional 4-4-2, con Mario Balotelli y Antonio Cassano arriba, asistidos por un medio en rombo.
Pero su dolor de cabeza viene en la defensa, pues Daniele De Rossi e Ignazio Abate, con molestias musculares, y el central Giorgio Chiellini, 'tocado' contra Irlanda, no están al ciento por ciento. Encima, Maggio está suspendido.
Por su lado, a Löw, que mantiene a un solo centrodelantero (4-2-3-1), con tres ligeritos libres y Mario Gómez, goleador del torneo con tres dianas, le preocupa el estado físico de Bastian Schweinsteiger, aunque aseguró que iba a llegar.
El Universal
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