jueves, 10 de enero de 2013

El Jefe invisible/Rocío San Miguel jueves 10ene13


La decisión del TSJ en torno a la ausencia de presidente Chávez y el mandato constitucional para el cual debería juramentarse hoy, no promueve certeza ni paz a la República, cuando tantas interrogantes han quedado abiertas en Venezuela

ROCÍO SAN MIGUEL/TalCualDigital
La decisión del Tribunal Supremo de Justicia en torno a la ausencia de presidente Chávez del país y el mandato constitucional para el cual debería juramentarse hoy, no promueve certeza ni paz a la República, cuando tantas interrogantes han quedado abiertas en Venezuela.

Esta decisión, que beneficia al actual vicepresidente de la República Nicolás Maduro, tendrá sus consecuencias por supuesto en el seno de la Fuerza Armada Nacional, piedra angular de un proyecto militarista como el que ha encarnado Chávez en estos 14 años en el poder.

A esta hora, no saben los subalternos cuándo, dónde y cómo será juramentado el Presidente de la República, un comandante en jefe invisible que ha estado ausente durante un mes del territorio nacional.

El asunto se complejiza frente al trato que deben dar los militares al Vicepresidente de la Republica, que si bien está llamado a realizar coordinaciones con el ministro de la Defensa, como con el resto de los ministros, no puede asumir el comportamiento que exhibió en una cadena de radio y televisión este martes, en la que de manera apresurada se dirigió los comandantes de las Regiones Estratégicas de Defensa Integral, algunos integrantes del Alto Mando Militar y miembros de la Milicia Nacional Bolivariana, sin estar autorizado para ello.

Debe recordársele a Maduro, que la decisión del TSJ no lo autoriza a ello y que además constituye función indelegable del Presidente de la Republica, de acuerdo a la propia Constitución, la de dirigir la Fuerza Armada Nacional en su carácter de Comandante en Jefe, ejercer la suprema autoridad jerárquica de ellas y fijar su contingente.

La irresponsabilidad de la Sala Constitucional de Tribunal Supremo de Justicia ha dejado a la FAN huérfana, con un comandante en jefe invisible que no se sabe cuándo vendrá.

Situación peligrosa para la seguridad y defensa nacional, pero también de cara a la atomización de grupos militaristas existentes que solo Chávez pudo amalgamar temporalmente a un precio inmenso de 4 reformas a la Ley Orgánica de la FAN, los hechos del 11, 12 y 13 de abril, los eventos de Plaza Altamira y la pérdida por baja de unos 1.500 oficiales de comando ubicados entre los mejores de los componentes.

El Alto Mando no apareció completo apoyando a Maduro esta semana en su cadena nacional montada a la carrera, tampoco asistió el Vicepresidente a 3 actos de toma de posesión claves para gobernadores militares: los de Apure, Bolívar y Vargas.

Quitándose a Diosdado de encima, quien no lo acompañó, en la toma de posesión de los 2 militares retirados chavistas con más poder en este momento, Henry Rangel Silva y Francisco Arias Cárdenas, quienes representan 2 facciones cuyo nombre prefiero reservarme por ahora.

Vienen tiempos difíciles para la FAN, en el medio de una lucha encarnizada por el poder en Venezuela, cada vez más apartada del sendero constitucional, que claramente está siendo dirigida desde La Habana.

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