miércoles, 11 de mayo de 2011

Alimentos con fructosa engordarían más que con azúcar

GIULIANA CHIAPPE |  EL UNIVERSAL
Latinoamérica está endulzada con azúcar de caña. Estados Unidos no tanto: ellos recurren más a la fructosa, que es azúcar proveniente del jarabe de maíz.

Estudios recientes acusan a la fructosa de ser causa de obesidad en la población general, con énfasis en niños y adolescentes. El principal problema es la fructosa en los alimentos industriales -como jugos, fórmulas infantiles, sopas enlatadas y chucherías- pues es tan alta la cantidad que se le agrega que al organismo humano se le complica metabolizarla. A diferencia de la glucosa, la fructosa es procesada por el hígado, tal como si fuera alcohol.

"Existe relación entre el incremento en el consumo de fructosa y la aceleración de la obesidad", afirma Manuel Lorenzo Fernández, pediatra y médico de adolescentes, basándose en un estudio publicado en la American Journal of Clinical Nutrition. "La fructosa engorda el doble que la glucosa o azúcar de caña. Si los alimentos con glucosa son malos, los que tienen fructosa son malísimos", sentencia el médico especialista en nutrición, Salomón Jakubowicz (www.niunadietamas.com). Asegura que ha comprobado en su consulta, que sus pacientes adelgazan con sólo dejar de consumir alimentos con jarabe de maíz.

La fructosa es natural y no sólo está en el jarabe de maíz, sino también en algunas frutas, como la pera y la manzana, pero en proporciones mucho menores que las presentes en alimentos industrializados.

"Una bebida refrescante azucarada tiene fructosa concentrada en tal proporción que equivaldría a beber 20 litros de zumo puro de fruta natural. Eso deteriora el sistema de compensación energética del organismo, dificultando la asimilación de calorías. En niños y adolescentes resulta preocupante esta alteración metabólica", dice Fernández, quien dirige la clínica Salus, en San Román.

Cuando a los jugos se les añade fructosa, "engordan igual que un refresco", dice Jakubowicz. A este médico también le preocupa que algunas fórmulas lácteas infantiles la contienen "lo que ha causado obesidad incluso en bebés de meses". Sugiere solicitar al pediatra que la sustituya por otra con lactosa, el azúcar de la lecha materna.

Los alimentos importados contienen más fructosa que los venezolanos. Por ejemplo, una botella de salsa de tomate hecha en Estados Unidos contiene cuatro gramos de fructosa. En Venezuela, el mismo producto y de la misma marca es endulzado con azúcar de caña. Muchos cereales importados también contienen jarabe de maíz, al igual que bebidas energéticas y comida rápida.

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