jueves, 1 de septiembre de 2011

Del dicho al hecho...


La promesa publicitaria se presenta con palabras grandes y evocadoras; pero el hecho o el resultado concreto confirma que el país se cae a pedazos, a pesar de la bonanza petrolera

Fernando Luis Engaña/TalCualDigital
Sería injusto regatearle a la revolución bolivarista su especial habilidad para empaquetar la realidad con verbosa pompa. En especial a todo lo que concierna a las pretendidas iniciativas gubernativas. El señor Chávez, sin duda alguna, habría podido hacer carrera exitosa como "creativo" de la más exigente empresa de publicidad.

Así por ejemplo, a esa mezcolanza de incuria y dolo que envuelve a la supuesta "política penitenciaria", se le pone un traje de gala: "la humanización de las cárceles", y resulta que los hechos sólo evidencian el agravamiento infernal de esa antigua tragedia. Pero nada, El Aissami y Valera se ciñen a la consigna, y entre los escombros del sistema continúan proclamándola.

Otro tanto tenemos con la bandera de la "nacionalización del oro"... Se busca disfrazar con ropaje patriótico a la depredación de la minería aurífera por parte de la delincuencia organizada, con y sin uniforme. La estatal Minerven devino en un cartel mafioso por obra de la "revolución", pero los intríngulis del lenguaje oficial aspiran a transmutar la realidad en una conquista de la soberanía.

El propio BCV certifica que la industria de la construcción prosigue su caída, es decir que cada vez se construyen menos y menos viviendas, y sin embargo la propaganda se concentra en mercadear a la "Gran Misión Vivienda Venezuela", acaso una de las denominaciones más fraudulentas de las muchas parecidas que se lanzan, olvidan, relanzan y a la postre se mantienen en existencia virtual.

Así también la "soberanía alimentaria" se terminó convirtiendo en la guarimba para justificar las importaciones masivas de alimentos –y sus negocios sucedáneos, con lo cual la dependencia exógena es la reina de la mesa venezolana. Pero el ministro Osorio no cesa de invocar la defensa soberana, incluso cuando declara la intención de seguir aumentando las importaciones.

Y en medio de los apagones, racionamientos, multas onerosas, sobreprecios de obras, y demás perlas que adornan la debacle del sistema eléctrico nacional, tanto el ministro Rodríguez y el viceministro Chávez afirman que marcha viento en popa el "programa de blindaje eléctrico"...

En cualquier rincón del vasto campo de las responsabilidades gubernativas, pasa exactamente lo mismo: el dicho o la promesa publicitaria se presenta con palabras grandes y evocadoras; pero el hecho o el resultado concreto confirma que el país se cae a pedazos, a pesar de la bonanza petrolera. El trecho es abismal y por ese barranco cae Venezuela.



flegana@gmail.com

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