lunes, 22 de octubre de 2012

¿Qué fue lo que dijo Lula?/Editorial TalCual lunes 22oct12

Por: Fernando Rodríguez/TalCual
Se declara en público. Le ha pasado cuando habla de nuestro presidente. Hace unos comentarios ácidos sobre éste, por ejemplo, que no hay que alejarse mucho de él para que no pierda la cordura, y de repente dice que es el más grande presidente de la historia nacional. Ahora dijo algo muy estridente y a lo mejor sintomático


No hay que dejarlo pasar a no ser por otra cosa porque se trata del Imperialismo más cercano que tenemos, que ve como uno de los grandes méritos de nuestro caudillo el haber cambiado el habitual mercado norteamericano por el de estados vecinos, Brasil por ejemplo.

Lo que dijo es poco más o menos que Chávez no ha debido lanzarse a un tercer período de gobierno, cosa que él mismo se prohibió, teniendo más del 80% de popularidad en su país. in duda Lula no es exactamente un dechado de rigor cuando Que esas reelecciones indefinidas no son democráticas ya que la alternabilidad es un logro de la humanidad y que si todos los presidentes hicieran lo mismo sería una especie de barbarie.

Pero bueno si ya se lanzó y ganó que le aproveche, pero vaya preparando su sucesor porque otra vez no, ni de vaina. Algo ligerillo de cascos como siempre, Lula había olvidado su apoyo a voz en cuello a la candidatura del ahora regañado reelecto. Nadie es perfecto. Pero que semejante primer actor del subcontinente, vástago privilegiado de una de las grandes economías del mundo, le haya jalado las orejas a nuestro caudillo es cosa relevante.

Mandarlo a buscar sustituto cuando ni siquiera ha tomado posesión es mucho. Y para nosotros los venezolanos no puede dejar de tener alguna consonancia con la enfermedad presidencial, lo cual hace el llamado de atención más pesado.

Pero quedémonos con lo esencial: esa reelección es políticamente incorrecta, en nombre de la diafanidad democrática; éticamente cuestionable (se trata de egotismo, desmesura, ambición, etc.) y por último, estéticamente fea como todo envejecimiento de los autócratas en el poder.

A esto le sumamos la distancia bastante visible de doña Dilma Rousseff con Chávez, a pesar de Mercosur donde parece haber privado aquello de que el cliente siempre tiene la razón, un socio que nada vende y compra de todo.

De esa dama cabe esperar posiciones muy principistas, tales como la ruptura con los iraníes, el juicio del siglo a las cabezas mayores del lulismo y su inclemencia con la corrupción de los suyos, muy distantes de nuestras costumbres endógenas que no le deben hacer mucha gracia.

También fuera de nuestras fronteras se apagan los brillos revolucionarios y bolivarianos.

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