martes, 15 de enero de 2013

Venezuela, capital La Habana/Editorial TalCual martes 15ene13

El cogollo que se ha venido conformando desde que Chávez fue operado por última vez en La Habana se trasladó hasta la capital cubana para sostener un encuentro con la jerarquía de la isla. La excusa era que iban a hacer un balance sobre el ALBA y Petrocaribe. Pura coba. Fueron a informales a los cubanos cómo van las cosas por acá y a recibir consejos y orientaciones de los dictadores

XABIER COSCOJUELA / VÍCTOR AMAYA / TalCualDigital

Durante los últimos 14 años, desde el presidente comandante pasando por todos sus subalternos hasta el último militante del chavismo se han querido presentar como los auténticos patriotas. Los herederos de la gesta independentista.

Estamos seguros que más de uno de ellos ha tenido su delirio sobre el Chimborazo y ven a Chávez como la reencarnación de El Libertador y a ellos mismos como alguno de los lanceros que lo acompañó en las múltiples batallas que se libraron aquellos años. Son, también, muy disciplinados en eso de ver las cosas en blanco y negro. Buenos y malos. Patriotas y apátridas.

Quienes no los apoyan son indefectiblemente estigmatizados como lo segundo, agentes del imperio pagados por el Pentágono, la CIA, la USAID, la NED. Según los "adalides" del patriotismo, todas las iniciativas que ha tenido la oposición democrática son dictadas, fundamentalmente, desde Washington. Incluso tienen una campaña publicitaria pagada con el dinero de todos los venezolanos donde aseguran que el país recuperó su soberanía de las manos de los lacayos gracias a la gestión encabezada por Hugo Chávez.

Pero los puertos venezolanos son una prueba de que dicha soberanía, por lo menos en el área económica, es una ficción. Puro container. Hasta las banderas que enarbolan dicen "Made in China".

Más escandaloso es que en el área política la soberanía la mudaron para Cuba. Luisa Estella ya dijo que el Presidente se puede juramentar en cualquier parte, sin descartar La Habana. Quien calla otorga, dicen. Entonces, es lógico que quienes representan por mampuesto al alto gobierno venezolano, esa plutocracia llamada ahora "alto mando político de la Revolución", se trasladen a esa ciudad para hacer sus reuniones, por supuesto que vigilados por los dictadores, con barba uno y sin barba el otro. Tanto cacarear sobre la soberanía y la autodeterminación de los pueblos para terminar postrados ante el gobierno autocrático cubano.

El cogollo (¿la cúpula podrida?) que se ha venido conformando desde que Chávez fue operado por última vez en La Habana, integrado por Nicolás Maduro, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez y Cilia Flores, se trasladó hasta la capital cubana para sostener un encuentro con la jerarquía de la isla, representada por Raúl Castro y su hermano mayor, aunque este parece que ya no está para esos trotes. La excusa era que iban a hacer un balance sobre el ALBA y Petrocaribe. Pura coba. Fueron a informales a los cubanos cómo van las cosas por acá y a recibir consejos y orientaciones de los dictadores antillanos. Fueron a recibir el templón necesario en los hilos de los titiriteros. Tremenda soberanía.

También justificaron el viaje con una visita a Chávez para a constatar su estado de salud, pero para eso no hace falta viajar hasta Cuba. Como si para saber cómo está un paciente haya que verlo en persona. ¿Será que no confían en lo que les informa el yerno del comandante presidente y ministro de Ciencia y Tecnología, Jorge Arreaza? ¿O será que quien sabe cómo está Chávez es el propio Raúl? Dijeron haber conversado con el comandante presidente, pero no se tomaron ni una fotico, tal como hicieron con el menor de los Castro, para que todos los venezolanos pudieran "constatar" la mejoría del jefe, pues aunque el último parte leído el pasado domingo por Ernesto Villegas asegura que la infección pulmonar está controlada y que está "asimilando" el tratamiento, el hecho es que ni la pana Cristina Kirchner pudo conversar con Chávez, lo que no deja de generar muchas dudas.

En sus peroratas independentistas decían que a los apátridas los condenaba la historia y el pueblo. Veremos si, visto lo visto el fin de semana, a ellos se les puede aplicar el refrán que dice que por la boca muere el pez.

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