SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
La Policía Nacional ha sido el único intento serio del gobierno actual de hacer algo para garantizar la seguridad ciudadana. Su primer objetivo fue sustituir a la Policía Metropolitana, cuerpo en el que según el exalcalde Juan Barreto habían intentado cortar por lo sano, pero no hallaban lo sano.
El área inicial de actuación de la PN es Catia, y según lo que dicen sus autoridades, los ciudadanos de esos sectores se sienten más seguros desde que los polinacionales están por allá. Una de sus tácticas era estrechar los vínculos entre vecinos y policías.
Sin embargo, lo ocurrido en Ciudad Caribia el pasado fin de semana pone en entredicho esta supuesta relación policía-vecino. Ante un escándalo y unos tiros, los agentes acudieron al sitio, detuvieron a una persona, actuación que no fue aceptada por el resto de los vecinos, que atacaron a los policías con lo que hallaron a mano. En su defensa, los agentes dispararon y al parecer uno de ellos mató a una vecina.
El parte del bando policial fue un agente herido de bala y otros sufrieron traumatismos craneales, lo que demuestra que no hay mucho cariño hacia los agentes. Al lugar tuvo que acudir el director de la PN, Luis Fernández, quien ni se inmutó ante las amenazas que los vecinos les hicieron a los periodistas, entre otras cosas dejar sus autos en el mismo estado en que quedaron dos patrullas.
Los reporteros atendieron la indicación de uno de los policías, que no les garantizó la seguridad y se retiraron. Todo lo ocurrido demuestra que en esa comunidad la PN no ejerce la autoridad. Si así actúan ante una poblada, qué ocurrirá cuando tengan que enfrentar a un malandro.
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