viernes, 1 de abril de 2011

Otro drama en Japón: unos mil cadáveres de la planta nuclear no pueden ser enterrados.

Tres semanas después del terremoto y el tsunami que azotaron Japón, mil cadáveres aún no pudieron ser enterrados en las inmediaciones de la planta nuclear de Fukushima, debido al riesgo de radiación, informó ayer la agencia de noticias Kyodo, sobre la base de informaciones aportadas por la policía.

Los cadáveres, que se encuentran en los 20 kilómetros de la zona de evacuación que rodea Fukushima, estuvieron expuestos a una gran radiación y se teme que los equipos de rescate, médicos y familiares puedan sufrir una contaminación excesiva durante la recuperación de los cuerpos.

Si los cadáveres fuera cremados, partículas radiactivas podrían quedar flotando en el aire. Y si se enterrasen, la contaminación podría pasar al suelo.

Ahora se está planteando la posibilidad de descontaminar los despojos en vehículos especiales. Los expertos intentan encontrar la forma de rescatar los cuerpos dentro de la zona de evacuación sin exponer a altos niveles de radiación a los equipos de emergencia, forenses y familiares en el proceso de identificación.

Se barajó la posibilidad de examinar la radiactividad de los fallecidos antes de trasladarlos fuera de esos 20 kilómetros, aunque existe peligro para los equipos de búsqueda, que no pueden pasar demasiado tiempo en la zona y deben trabajar lentamente, ataviados con trajes antirradiación.

La tragedia de los vecinos de esa zona, que han tenido que abandonar sus hogares por los problemas de filtraciones radiactivas de la central nuclear de Fukushima, aumenta con la dificultad de conocer la suerte de esos desaparecidos.

Por otro lado, y sumando más datos negativos a la situación que se vive en Fukushima, el agua subterránea cercana a la dañada central nuclear contiene altas dosis de radiación, según informó ayer la empresa operadora de la planta, Tepco.

En el agua del subsuelo del reactor 1 de Fukushima se detectaron valores de yodo 131 hasta 10.000 veces superiores a lo habitual, según citó Kyodo a Tepco.

Pese a que Fukushima es una de las provincias más afectadas por el terremoto del 11 de marzo, junto con Iwate y Miyagi, tan sólo se han podido confirmar 1.049 muertos, mientras que otras 4.798 personas siguen desaparecidas.

Los fallecidos por el sismo de hace veintiún días se elevan ya a 11.438 en todo Japón, mientras que hay 16.541 desaparecidos, según el último recuento de la policía nipona.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, defendió ayer en su visita a la capital japonesa el uso de la energía atómica. Mientras, en la central de Fukushima, en el noreste del país, continúa la alarma por las fugas de radiactividad. Sarkozy es el primer mandatario que visita Japón desde el terremoto y tsunami que el 11 de marzo azotaron el país y dañaron la central de Fukushima.

Desde la capital nipona, el presidente galo defendió el uso de la energía nuclear como un importante instrumento para reducir las emisiones de CO2 y luchar contra el cambio climático.

Además, reclamó discusiones a nivel internacional sobre los estándares de seguridad de las centrales nucleares y se comprometió con el primer ministro japonés, Naoto Kan, a trabajar en este sentido en lo que queda del año.

Sarkozy anunció también que la seguridad nuclear se abordará en la próxima reunión del G8, que se celebrará en mayo en la localidad francesa de Deauville, además de que las autoridades nucleares de los países del G20 debatirán el uso de la energía atómica.

Kan, por su parte, anunció que su gobierno revisará la política nuclear de Japón tras lo ocurrido en Fukushima. Sin embargo, el Gobierno no planea, por ahora, ampliar la zona de evacuación en torno a la planta, aunque así se recomendó en la última reunión realizada por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).

Hasta ahora, Japón estableció una zona de evacuación de 20 kilómetros alrededor de la central, así como una zona de seguridad de 30 kilómetros.
Por: El Sol.com

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