El candidato presidencial peruano Ollanta Humala se negó hoy a calificar explícitamente al gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, en momentos en que su supuesta cercanía con éste vuelve a ser esgrimida por sus rivales para atacarlo.
"Si un presidente, electo por el pueblo o no, gobierna al margen del Legislativo, está gobernando como dictador. Y si Chávez gobierna al margen del Legislativo está gobernando como dictador", dijo Humala en términos generales en una entrevista de televisión.
"No estoy diciendo que sea un dictador", aclaró sin embargo el líder de izquierda nacionalista en el canal ATV, ante la insistencia de que definiera al gobierno venezolano.
La supuesta proximidad ideológica con Chávez, quien genera muchas resistencias en el Perú, es uno de los flancos débiles de Humala, líder en las encuestas a falta de 12 días para los comicios, aunque en virtual empate técnico con la parlamentaria derechista Keiko Fujimori y el ex presidente centrista Alejandro Toledo.
En el actual proceso, a diferencia de lo ocurrido en 2006, Humala no se ha mostrado junto a Chávez y, moderando además su discurso, se ha autoubicado más bien en la órbita ideológica del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva.
"Si vamos a hablar de economías socialistas retrocedemos al siglo XX. Lo que tratamos es de resolver los problemas del país", insistió hoy en la radio RPP.
Los detractores de Humala aseguran que no ha moderado sus ideas, sino las disfraza para no ahuyentar electores. Es más, se dicen seguros de que, de llegar al poder, buscará quedarse indefinidamente, atropellará a la prensa y estatizará parcialmente la economía.
En ese marco, el teniente coronel en retiro del Ejército suscribió el lunes un documento escrito, en que se compromete a no buscar la reelección, a respetar la libertad de prensa y a cumplir los tratados firmados por Estado, entre otros puntos.
Para expertos en opinión pública como Luis Benavente, gestos así pueden ser insuficientes porque "los peruanos no tenemos palabra en general y por lo tanto no creemos en la palabra ajena".
Humala negó hoy además que su ascenso en los sondeos sea culpable de hechos como la caída del índice general de la Bolsa de Valores de Lima, que el lunes bajó un 4,73 por ciento. Aunque algunos expertos señalan que el fenómeno sí es por efecto de su candidatura, otros destacan que fue una tendencia internacional.
Para los expertos, el reto de Humala en los 12 días que quedan, será convencer de que no es un radical y que los cambios que propone son moderados y responsables.
En ese marco, el analista Julio Cotler destacó hoy que si el candidato nacionalista llegara a la presidencia, estaría de todos modos atado por un Congreso mayoritariamente adverso y no podría aplicar los cambios radicales que temen sus adversarios.
"Si un presidente, electo por el pueblo o no, gobierna al margen del Legislativo, está gobernando como dictador. Y si Chávez gobierna al margen del Legislativo está gobernando como dictador", dijo Humala en términos generales en una entrevista de televisión.
"No estoy diciendo que sea un dictador", aclaró sin embargo el líder de izquierda nacionalista en el canal ATV, ante la insistencia de que definiera al gobierno venezolano.
La supuesta proximidad ideológica con Chávez, quien genera muchas resistencias en el Perú, es uno de los flancos débiles de Humala, líder en las encuestas a falta de 12 días para los comicios, aunque en virtual empate técnico con la parlamentaria derechista Keiko Fujimori y el ex presidente centrista Alejandro Toledo.
En el actual proceso, a diferencia de lo ocurrido en 2006, Humala no se ha mostrado junto a Chávez y, moderando además su discurso, se ha autoubicado más bien en la órbita ideológica del ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva.
"Si vamos a hablar de economías socialistas retrocedemos al siglo XX. Lo que tratamos es de resolver los problemas del país", insistió hoy en la radio RPP.
Los detractores de Humala aseguran que no ha moderado sus ideas, sino las disfraza para no ahuyentar electores. Es más, se dicen seguros de que, de llegar al poder, buscará quedarse indefinidamente, atropellará a la prensa y estatizará parcialmente la economía.
En ese marco, el teniente coronel en retiro del Ejército suscribió el lunes un documento escrito, en que se compromete a no buscar la reelección, a respetar la libertad de prensa y a cumplir los tratados firmados por Estado, entre otros puntos.
Para expertos en opinión pública como Luis Benavente, gestos así pueden ser insuficientes porque "los peruanos no tenemos palabra en general y por lo tanto no creemos en la palabra ajena".
Humala negó hoy además que su ascenso en los sondeos sea culpable de hechos como la caída del índice general de la Bolsa de Valores de Lima, que el lunes bajó un 4,73 por ciento. Aunque algunos expertos señalan que el fenómeno sí es por efecto de su candidatura, otros destacan que fue una tendencia internacional.
Para los expertos, el reto de Humala en los 12 días que quedan, será convencer de que no es un radical y que los cambios que propone son moderados y responsables.
En ese marco, el analista Julio Cotler destacó hoy que si el candidato nacionalista llegara a la presidencia, estaría de todos modos atado por un Congreso mayoritariamente adverso y no podría aplicar los cambios radicales que temen sus adversarios.
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