jueves, 31 de marzo de 2011

Capriles Radonski: "A Chávez se le puede derrotar con hechos y mucho corazón"

Henrique Capriles Radonski, gobernador de Miranda, huye de la política convencional, las corbatas, los despachos y los largos discursos. Este gobernador cree que sólo recorriendo el país casa por casa se derrotará a Hugo Chávez en 2012.

Inmerso en las malolientes calles de tierra de una paúperrima y violenta barriada del Estado Miranda (norte), donde gobierna desde 2008, este político de 38 años se niega por ahora a comportarse como un candidato presidencial, pero muchos detractores del presidente Chávez ven en él al líder que necesitan con urgencia.

"No estoy obsesionado con una posición de poder. Mi popularidad es más bien un compromiso. Estoy dispuesto a estar a la altura de la responsabilidad que me toque y estaré listo y preparado para asumirla", estima, misterioso sobre sus intenciones políticas, en una entrevista con la AFP.

Cuando se convirtió en gobernador, Capriles era recibido a pedradas en esta zona de Cartanal, a unos 70 km de Caracas, una región tradicionalmente chavista, recuerda su equipo. Dos años y medio después, este político es acogido con fiesta por decenas de personas que lo llevan en volandas casa por casa contándole sus problemas, sus proyectos y sus necesidades.

"Mi trabajo es hacer, no hablar. Tengo claro cual es el camino (...) Se puede derrotar a Chávez con corazón y haciendo política cuerpo a cuerpo. El país hay que recorrerlo así. Esta es la política que se necesita", asegura.

"Cuando la gente me dice que debo lanzarme a la presidencia es porque estamos construyendo un Estado donde se trabaja para todos. Yo no entro en una casa y pregunto de qué partido son", afirma, sudoroso y arrastrado por la multitud.

Según todas las encuestas, Capriles es el político opositor más popular de Venezuela. La oposición, tradicionalmente desunida, celebrará primarias para elegir un candidato único que haga frente a Chávez en las presidenciales de 2012, cuando el jefe de Estado, que goza de un fuerte apoyo tras 12 años de gobierno, aspira a un tercer mandato.

"En la oposicion hay conciencia de la necesidad de una unidad electoral. Pero no hay una oposición, sino varias: hay quienes creen que nada ha cambiado en Venezuela y quienes creemos que este país se transformó y hay que empujarlo hacia el futuro", precisa.

"Pero Venezuela necesita unirse para avanzar. La construcción de una nueva Venezuela pasa por incluir todas las visiones en un gobierno de unidad nacional", agrega.

Vivienda, educación, salud, empleo y lucha contra la inseguridad son los pilares de la gestión de Capriles, quien trabaja en una especie de frenesí los siete días de la semana.

"Como una especie de cura o misionero", bromea.

Y en el Estado Miranda, donde los recursos financieros son escasos, hay poco lugar para la improvisación: Cada bolívar se presupuesta, cada proyecto que recibe un crédito es estudiado por expertos que acompañan a Capriles en sus desplazamientos.

"No creo en la política convencional. Mi trabajo es mi razón de vida pero yo me siento un servidor público que hace política de Estado, no politiquería. Esta es mi forma de demostrar al pueblo el compromiso que tengo como gobernador", explica.

"Yo voté dos veces por los chavistas pero Capriles es diferente. El viene aquí, anda con la gente. Así se consiguen los votos", dice Yoiker Vargas, un obrero de 40 años que ha pedido al gobernador un crédito para construir su casa.

"El es una esperanza. A otros nunca les vimos la cara por aquí. Y es terrible verse abandonados", corrobora Carmen García, una anciana de la barriada.

Con una carrera fulgurante que le hizo ser presidente de la Cámara de Diputados, alcalde y ahora gobernador, Capriles asegura que el proyecto político para Venezuela debe ser una "democracia con un profundo contenido social".

"Chávez se comporta como el jefe de un partido no como un jefe de Estado. Pasó de un proyecto colectivo con mensaje social a un proyecto personalista, faraónico y mesiánico", resume.

"Pero creo que Venezuela está en camino de abrir un nuevo ciclo. El próximo presidente debe ser un nuevo liderazgo y su primera tarea debe ser unir de nuevo a este país que Chávez ha dividido permanentemente", concluye.
Globovisión/AFP

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