miércoles, 28 de marzo de 2012

El Orfeón que venció la sombra

Raúl Delgado Estévez estuvo como director invitado (A.Acosta)
La lluvia que cayó la tarde de ayer no importó, tampoco los actos vandálicos que hubo en sus instalaciones. El escenario capitalino se llenó de a poco. A las 7:55, la coral entonó el himno de la UCV. Fue Raúl López Moreno el encargado de dirigir a la agrupación vocal las primeras tres canciones del programa.

DANIEL FERMÍN |  EL UNIVERSAL
El himno de la Universidad Central de Venezuela dice que es la casa que vence la sombra. Anoche, el Orfeón Universitario de la institución capitalina lo demostró: ofreció un concierto para conmemorar los 35 años de su reaparición, tras aquel fatídico accidente aéreo de 1976 que provocó su cierre parcial. Fue un canto a los caídos.

La lluvia que cayó la tarde de ayer no importó, tampoco los actos vandálicos que hubo en sus instalaciones. Lo dijo la rectora Cecilia García previo al evento: que una toma de facultad pretendió arrodillar a la universidad, que la UCV está al servicio del país, que no de ningún gobierno, que pasarán 35 años más del Orfeón y la institución siempre será libre.

Así, entre discursos y agradecimientos, el concierto inició con una hora de retraso. Ya decía Oscar Wilde que la puntualidad es una pérdida de tiempo. Antes, una miríada de gente intentaba entrar al Aula Magna, que ya tenía en sus taquillas un cartel de entradas agotadas. Personas de la tercera edad que mostraban un entusiasmo juvenil por ver al grupo, otras que buscaban la manera de conseguir boletos.

El escenario capitalino se llenó de a poco. A las 7:55, la coral entonó el himno de la UCV. Fue Raúl López Moreno el encargado de dirigir a la agrupación vocal las primeras tres canciones del programa (Crepuscular, de Antonio Lauro; Cántico, de Vicente Emilio Sojo y Soneto, un poema de Luis Barrios Cruz musicalizado por Eduardo Plaza). Luego, se unió al resto de los integrantes para darle paso a Raúl Delgado Estévez, el director invitado.

Aquel que fuera director por más de 23 años del Orfeón condujo los otros 13 temas. Inició con Alleluia, de Randall Thompson; pasó por Canción otoñal, un poema de Rubén Darío con música de Sojo; y siguió con Canción de jinete, de Federico García Lorca. Ahí paró, sintió desafinación. Volvió a empezar hasta terminar en los "bravo" del público, que reconoció su profesionalismo.

Delgado Estévez se mostró dinámico. Canción tras canción hablaba con sus dirigidos, les daba instrucciones. Ellos reían, obedecían, cantaban. Invitó a su hermano Miguel Delgado Estévez para que tocara la guitarra en Viene clareando. A ellos los acompañó un coro de tos seca, de estornudos, de sonidos de algunos celulares que provenían de un público que le cuesta hacer silencio.

Así llegó El periquito, un final que se extendió tres canciones más ante las peticiones de los espectadores. Delgado Estévez los complació a todos. Hasta que, a las 9:00, volvieron a escucharse las notas del himno de la UCV: "Esta casa que vence la sombra", cantaba el Orfeón. Aplica para ellos.

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