martes, 31 de enero de 2012

Trágico caso de abuso infantil

CAROL MARBIN MILLER Y DAVID OVALLE/CMARBIN@MIAMIHERALD.COM
Joseph Lee estudió el lunes una foto a color de su sobrino de 9 años mientras una jueza de bienestar infantil de Miami lo observaba.

La jueza buscaba señales de que Lee estaba tan trastornado por la foto como ella. Pero Lee simplemente miró fijamente la foto.


“Busco las palabras”, dijo Lee. “No sabía nada de esto”.

La foto, que no se dio a conocer al público, presentaba a un pequeño niño que se encontraba tan escuálido que sus huesos sobresalían de su piel, y sus ojos se salían de las cuencas, dijo Cindy Lederman, jueza de circuito de Miami-Dade, quien lo comparó con un sobreviviente de un campo de concentración.

La policía descubrió el sábado al niño cuando vagaba por su vecindario en North Miami Beach – golpeado, desnudo y hambriento. Sus padres, Marsee Strong, de 34 años; y Edward Bailey, de 40, están en la Cárcel del Condado Miami-Dade bajo cargos de abuso infantil agravado y negligencia. El lunes por la mañana, se encontraban aún en prisión y no habían pagado la fianza de $65,000.

El niño y cuatro de sus hermanos fueron colocados bajo la custodia de Lee, un tío materno a quien la jueza ordenó no tener contacto de ningún tipo con los padres del menor. Lee también estuvo de acuerdo en adoptar al niño si los padres no podían recuperar su custodia. El niño también tiene una hermana de 18 años de edad que está embarazada.

El lunes por la tarde, Lederman, una jueza veterana en bienestar infantil con una historia de haber supervisado algunos de los casos más célebres de abuso infantil en el sur de la Florida, demandó respuestas.

“Se parecía a alguien que salió de Auschwitz”, dijo Lederman. “Esto es como un cartel de neón para el abuso infantil. Hubiera sido obvio para cualquiera que hubiera entrado en contacto con esta familia en los últimos años”.

Entre los que entraron en contacto: un investigador de abuso infantil del Departamento de Niños y Familias (DCF), una consejera de salud mental del Hospital Jackson Memorial y educadores de la escuela del niño de 9 años – quienes llamaron recientemente a la línea de emergencia estatal de abuso infantil en busca de ayuda.

Lederman fijó una audiencia el mes próximo para escuchar a todas esas personas. “Me parece que ha habido una enorme negligencia aquí”, dijo.

El niño – quien no es identificado por The Miami Herald para proteger su privacidad – fue encontrado vagando por el vecindario cerca de su casa, en la 1417 N.E. 152nd Street, a eso de las 8 p.m. del sábado. La policía de North Miami Beach dijo que había saltado desde la ventana de la casa de sus padres “para escapar de quienes abusaban de él”.

Los paramédicos llevaron al niño al hospital, donde suplicó por alimentos y dijo a los cuidadores que no había comido en tres días. Su cuerpo mostraba “marcas permanentes de abuso por todas partes”, de acuerdo con un informe de arresto.

Su pequeño cuerpo pesaba tanto como el de un niño de 2 años. Sus manos y sus pies estaban “inflamados por la falta de alimento”, dijo el informe de la policía.

“La víctima parecía que había sido muy abusada”, agregó el informe.

La madre del niño negó haberlo golpeado, pero “admitió haber fallado en protegerlo de otros, no supervisarlo adecuadamente ni darle tratamiento médico en una forma oportuna”, dijo el informe de la policía. El padre del niño también negó haberlo golpeado, pero admitió que permitió que “otros” lo hicieran, dijo la policía.

En la audiencia del lunes, se le dijo a Lederman que la historia del DCF con la familia data del 2007, y que la agencia ha recibido informes sobre el niño tan recientemente como este mes. Una llamada a la línea de emergencia de abuso del estado, el 11 de diciembre, se mencionó como un “informe de condiciones especiales” en vez de un informe de abuso – lo que significa que se les pidió a los trabajadores de protección infantil que sólo averiguaran si los padres deseaban ayuda del estado, no que determinaran si sus niños habían sido víctimas de abuso o abandonados.

Tales casos de “condiciones especiales” cayeron bajo una enorme crítica justo el año pasado cuando se nombró un panel de expertos de bienestar infantil para analizar la muerte de Nubia Barahona, de 10 años, cuyo cadáver golpeado y en estado de descomposición se encontró el 14 de febrero dentro de una bolsa de basura en la camioneta de su padre adoptivo. Seis meses antes de la muerte de la niña, un informe de la línea de emergencia se codificó como un caso de condiciones especiales, y la agencia cerró el caso sin tomar acción alguna.

Durante el cuestionamiento de la jueza, una terapeuta del Jackson que ha estado tratando al niño – que se mantiene hospitalizado – dijo que no parecía desnutrido sino sólo hasta recientemente. La terapeuta agregó que el niño tiene una enfermedad mental significativa y que algunas de sus lesiones son autoinfligidas. El niño, destacó la terapeuta, se pica su propia piel, y a veces se come la carne. La terapeuta le dijo a Lederman que, en el pasado, el niño había comido en exceso – a veces siete u ocho veces al día – aunque fue incapaz de ganar peso. Más recientemente, dijo la especialista, el niño dejó de comer luego de que se le recetaron medicamentos psiquiátricos.

“No hubo negligencia”, aseguró la terapeuta. “El simplemente se negó a comer”.

Lederman estaba incrédula: “No veo cómo pudo haber parecido tan diferente en un mes”, dijo Lederman, quien agregó “se pueden ver los huesos del niño a través de su piel”.

Lederman también estaba enojada de que el niño, y varios de sus hermanos, hubieran perdido varias semanas de escuela. Cuatro de los niños no han aprobado la prueba estandarizada del estado, el FCAT.

Ambos padres están desempleados. Strong no tenía un historial de arrestos hasta el sábado; Bailey ha sido arrestado en cuatro ocasiones.

En 1990, Bailey fue encontrado culpable de posesión de marihuana y saqueo, y cumplió un día en prisión. Dos años después, fue encontrado culpable de hurto y pagó una multa.

También en 1992, la policía arrestó a Bailey por cargos de robo con intimidación, pero los fiscales retiraron el caso.

En 1994, un juez le dio a Bailey un “caso sin adjudicación” – lo que significa que no apareció una condena en su expediente – por hurto. El mismo año, tuvo otro caso de hurto desechado por un juez.

Cort. El Nuevo Herald

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