miércoles, 22 de febrero de 2012

Un gobierno importador

A partir del fenomenal auge de los precios petroleros, en particular después de 2006, el sesgo importador de la economía se ha venido acentuando. Y lo ha hecho hasta tal punto que renglones emblemáticos de Venezuela como café y arroz han caído tan dramáticamente que el país pasó de exportador a importador

JOSÉ GUERRA/NDO/TalCualDigital

La política económica del presidente está dislocada. A partir del fenomenal auge de los precios petroleros, en particular después de 2006, el sesgo importador de la economía se ha venido acentuando. Y lo ha hecho hasta tal punto que renglones emblemáticos de Venezuela como el café y el arroz han caído tan dramáticamente que el país pasó de exportador a importador.

Esta de promover las importaciones masivamente ha sido una política de Estado: en cada país visitado por el presidente Chávez el principal acuerdo que se firma consiste en determinar el monto de bienes que Venezuela adquiriría de la nación objeto del acuerdo. Similarmente, el desfile de dignatarios extranjeros por Venezuela es para asegurar mercados para sus productos en detrimento de la producción nacional.

Varias han sido las causas y tres sus principales artífices del deterioro de la producción nacional. Entre las causas, aparte de decisiones del gobierno de favorecer la producción de bienes extranjeros, está la adopción de una política cambiaria que mantiene fijo el tipo de cambio y ello obviamente en un ambiente de elevada inflación interna se traduce en una promoción de las importaciones y un desestímulo a las exportaciones, por muy pequeñas que éstas sean.

Lo cierto es que el gobierno optó por sacrificar la producción nacional y con ello los empleos para dedicarse a importar y por tanto incentivar la generación de empleos en el exterior. ¿Si la política de mantener anclado el tipo de cambio es obvio que produce el resultado explicado, entonces porqué razón sigue con esa política? Hay dos explicaciones.

La primera y más obvia es por ignorancia de la macroeconomía y la segunda que se deriva de la primera es porque el gobierno considera que dejando fijo el tipo de cambio puede disminuir la inflación. Es impresionante cómo todavía en Venezuela se puede pensar que en medio de una expansión fiscal monumental y de un crecimiento desmedido de los agregados monetarios, la inflación pueda disminuir porque supuestamente se importan bienes baratos.

Eso es desconocer los episodios de inflación y de crisis cambiarias en América Latina, lo que llevó a todos los países, menos Venezuela, a abandonar los sistemas de tipo de cambio fijo.

Esa tesis de Jorge Giordani, abaratar las importaciones, no se hubiese impuesto en Venezuela si no contara con el concurso y el apoyo del presidente Hugo Chávez. Ha repetido una y otra vez Chávez a partir de 2006 su preferencia por el sistema de tipo de cambio y ha comprado al portador la tesis claramente equivocada de que congelando el tipo de cambio puede atenuar la inflación.

Al dúo Chavez-Giordani se ha sumado recientemente la ministra de comercio Edmeé Betancourt, cuya formación en materia de economía se desconoce. Lo cierto es que esta ministra ha tenido la osadía de decir en voz alta que Venezuela va seguir importando bienes, especialmente de China, para procurar disminuir la inflación.

Lo que más causa asombro es que un gobierno que dice propulsar el desarrollo endógeno ha introducido a Venezuela en una vorágine importadora que está haciendo de la economía nacional una especie de emirato árabe, que produce solamente petróleo e importa todos los demás bienes.

Usando cifras del BCV a precios constantes de 1997, se puede observar cómo la proporción de la importaciones respecto al Producto Interno Bruto, ha venido creciendo sostenidamente al unísono de la desindustrialización de Venezuela.

Es creencia firme de quien esto escribe que con una política industrial claramente definida, reglas claras y estímulos apropiados, Venezuela está en condiciones de sustituir rápidamente parte importante de muchos bienes que hoy importa y a la vez lanzarse hacia la ruta exportadora que es donde está el mercado más amplio que asegura y garantiza un crecimiento sostenido de la economía.

El programa de gobierno de Capriles Radonski se orienta en ese sentido, a levantar la producción nacional, a generar empleos y diversificar una economía severamente golpeada por una política económica errática y retrógrada como la adelantada por Hugo Chávez.

No hay comentarios:

Publicar un comentario