miércoles, 21 de marzo de 2012

El atentado

Que Chávez, cuya disposición al perdón está supeditada a su capacidad de odio, y que en medio del cuadro de salud que atraviesa no muestre un acto de generosidad hacia la jueza Afiuni, venga ahora y le advierta públicamente a Capriles acerca de la existencia de un plan para sacarlo físicamente del camino, es como para preguntarse qué se trae entre manos este embaucador que en no pocas ocasiones ha recurrido a las maniobras para perpetuarse en el poder

ELIZABETH ARAUJO/NDO/TalCualDigital
Nadie ignora que Hugo Chávez es un gobernante manipulador, implacable e inescrupuloso; que ha hecho del resentimiento social la fórmula ideal para inducir la aparición de grupos armados y milicianos, cuya violencia halla en la permisividad de la Fiscalía el escenario propicio para la siembra del terror.

Que ese Chávez, cuya disposición al perdón está supeditada a su capacidad de odio, y que en medio del cuadro de salud que atraviesa no muestre un acto de generosidad hacia la jueza Afiuni, o hacia los comisarios y exfuncionarios de la PM, condenados por los hechos del 11 de abril, venga ahora y le advierta públicamente a su adversario electoral acerca de la existencia de un plan para sacarlo físicamente del camino, es como para preguntarse qué se trae entre manos este embaucador que en no pocas ocasiones ha recurrido a las maniobras para perpetuarse en el poder.

Si en el mejor de los casos, el Gobierno nacional posee la suficiente información de que se prepara un golpe contra Capriles Radonski, lo indicado sería que usara su poder militar y de inteligencia para frustrar el golpe y desmantelar al grupo del cual, por cierto ­ya que lo ventiló en público­ debió informar y explicar cuándo y como se enteró del futuro atentado.

La manera como Hugo Chávez ha denunciado en otras ocasiones intentos de golpe, magnicidios y acciones desestabilizadoras, lleva a muchos a pensar que la advertencia a Capriles forma parte de otra de sus irresponsabilidades, lo cual no abona nada en su favor.

Pero hay más en esta advertencia: podría tratarse de un mensaje subliminal a los grupos armados que se afichan como los guardianes de la revolución bolivariana, exentos de la operación desarme, y que ya en más de una ocasión han pretendido interrumpir los recorridos del candidato opositor en algunos sectores de Caracas que consideran "liberados".

De los recientes ataques violentos contra la visita de Capriles a Cotiza no se sabe nada. La fiscal general no se ha dado por aludida y del balazo al hijo del diputado Ismael García, el Cicpc no dispone de mayores noticias, pese a que los pistoleros han sido plenamente identificados y se sabe en qué ministerio trabajan.

De modo que este curioso atentado que un Hugo Chávez aún inmerso en radioterapia logra descubrir y advertir de forma pública, probablemente para ganar titulares de la prensa internacional, no debería quedarse en su simple anuncio. Los venezolanos esperan que un alto funcionario ­alguien más serio que Tareck El Aissami­ de a conocer los detalles de este plan.

Pero que no lo adorne con las encuestas del exministro Jesse Chacón ni con las grabaciones que el "programa cloaca" de VTV suele divulgar. Porque, de lo contrario, no quedará más que pensar que verdaderamente Hugo Chávez trae entre manos un plan para sembrar el miedo y la desmovilización de un país que ya está cansado de sus mentiras y alucinaciones personalistas, y que el 7 de octubre lo expresará de la manera más clara y contundente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario