La verdad es que la quema del Judas de este año debió estar muy reñido, pues la incompetencia de buena parte del gobierno, comenzando por Chacumbele, es realmente proverbial
Por: Simón Boccanegra/TalCualDigital
La quema de Judas es una tradición a través de la cual el pueblo "castiga" a algún político o funcionario gubernamental, cuyas acciones o ejecutorias no llenen sus expectativas. La verdad que el de este año debió estar muy reñido, pues la incompetencia de buena parte del gobierno, comenzando por Chacumbele, es realmente proverbial.
Uno de los que debió ver la hoguera es el ministro de Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, quien el año pasado aseguró que la crisis de la electricidad estaba superada, pero los apagones siguen siendo algo recurrente en buena parte del país.
Otro que compite con gran esfuerzo por ganar es el ministro de Transporte Francisco Garcés. El estado de las carreteras y autopistas es lamentable. Quienes viajaron para Margarita se echaron, con suerte, nueve horas para llegar hasta Puerto La Cruz. La Autopista Regional del Centro es otro ejemplo de falta de mantenimiento y es que hasta el asfalto nuevo que colocaron ya tiene unas troneras hechas en socialismo.
De la Panamericana mejor no hablar, si no es un derrumbe son los huecos. Desastre total. Otro que hace esfuerzos por figurar en la quema es el titular de Interior y Justicia. La cantidad de personas asesinadas en todo el país no se conoce todavía, pero solamente en Caracas sumarían 66 los muertos.
No hay duda que Tarek El Aissami hace méritos para ser quemado. El rey de la pamplina frita, Jorge Giordani, también le echa bolas en esta competencia. Sus medidas para reducir la inflación capitalista han sido eficaces, pero no ha podido con la inflación socialista y todos los meses los salarios compran menos.
Ahora, la culpa no es del ciego sino de quien le da el garrote, y Chacumbele es el responsable en esta materia. Tal vez su imagen no lleve mucha candela este año, pero de la quema con los votos el año próximo no lo salva nadie.
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