jueves, 9 de agosto de 2012

Día de la no flojera/Simón Boccanegra 09ago12

Chacumbele dice que ganará las elecciones. Sin embargo repentinamente la dirección del PSUV se le ocurre nombrar el 7 de Octubre como el día de la no flojera. ¿Será que están oliendo algo que no detectan sus encuestadoras?. Algo que no pueden paliar ni las misiones, ni la regaladera de dinero que adelantan algunos entes públicos, ni tampoco el alicaído carisma presidencial. ¿No será el miedo a perder, que a veces produce flojera del estómago?

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El chacumbelato viene afirmando que ya ganaron las elecciones presidenciales. La ventaja es irreversible, dicen algunos de sus más altos voceros.

Capriles no levanta ni el polvo, agrega otro. Están convencidos de que el mandado está hecho. Que las elecciones son un simple trámite que hay que cumplir. Para reforzar esa matriz de opinión por lo menos una vez al mes publican resultados de encuestadoras, según los cuales la ventaja del candidato de Miraflores es cómo mínimo de 20 puntos.

Sin embargo, repentinamente a la dirección del PSUV se le ocurrió decretar el 7 de octubre como día de la no flojera. Eso es algo que no entendemos.

Una revolución que tiene casi 14 años construyendo el hombre nuevo, no puede calificar de flojos a los venezolanos.

Flojera que sería capaz de impedirles ir a votar en los comicios presidenciales cuando está en juego el cargo del líder. Una "gesta", que pretende ser reflejo de la epopeya independentista liderada por Simón Bolívar, no puede ser derrotada por algo tan zonzo como la flojera.

Es cierto que el Muro de Berlín cayó sin que dispararan un solo tiro, pero la Revolución de Octubre encabezada por Lenin y que posteriormente se extendió a punta de tanques por media Europa, fue algo de poca monta en comparación con este proyecto encabezado por Chacumbele.

Entonces, ¿qué ha detectado la alta dirigencia roja para decretar tal cruzada? Ellos que están en contacto con el pueblo más pueblo deben estar oliendo algo que no detectan sus encuestadoras. Algo que no pueden paliar ni las misiones, ni la regaladera de dinero que adelantan algunos entes públicos, ni tampoco el alicaído carisma presidencial. ¿No será el miedo a perder, que a veces produce flojera del estómago?

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