sábado, 17 de abril de 2010

Los rusos que vienen//Miguel Sanmartín

No vienen a intercambiar matrioskas. Nos dirán como construir viviendas sin cemento

Estos rusos postperestroikos, relanzados como potencia atómica; cocos en aplicaciones aeronáuticas y cósmicas; vividorcitos ellos; multipolares; también entrometiditos -incluso cuando puedan estar convidados a saraos donde ni tocan flauta ni tienen vela en el entierro-; duchos, como el Hiperlíder Sideral, en guerras asimétricas de enésima generación; machetes en el arte de la crisopeya; avezados construyendo taparas que se autodestruyen a las primeras de cambio (ya se han espatillado tres de los super-helicópteros vendidos al camarada antiimperialista tropical), están atorados metiendo peroles en las mochilas para regresar pronto por mas petrodólares vernáculos. Esta vez no vienen a intercambiar matrioskas. Vienen en son de asesores para construir viviendas socialistas.


Y tendrían que ser la propia pepa de zamuro, la última Pepsi del desierto, la tapa del frasco, la novia del muchacho llorón y algo más que los cacúmenes del eje Orinoco-Apure, la ruta de la empanada o los gallineros verticales -que no es, precisamente, la característica de la arcaica industria rusa- para lograr lo que nadie, por ahora, ha logrado: construir "soluciones habitacionales" (p´al soberano m´esmo) sin cemento, cabillas, tubos, bloques, piedra, arena y demás insumos.

Por cierto ¿por qué al Hiperlíder Sideral, tan venerado, lo visitó Putin y no el presidente Medvedev quien sí le dispensó la deferencia en sus países a la Kirchner y Lula? ¿Y por qué tampoco aterrizó aquí el presidente Hu Jintao? ¿Fastidio? ¿O fue un fo) El guayabo terminó donde siempre: La Habana, recibiendo línea.

Volviendo a la asesoría. Y siguiendo con las dudas existenciales. Además de afrontar la escasez de materiales, escasez atribuible a las eruditas y fructíferas expropiaciones (ordenadas por Usía) de las cementeras, siderúrgicas y demás fábricas de insumos para la construcción: Antes que a los asesores rusos ¿no sería más útil invitar a Trucutú? Podría instruir a nuestras cooperativas y consejos comunales en el arte de excavar cavernas. ¿O Batman? Su aporte sería una verdadera revolución inmobiliaria: urbanizaciones de townhouses tipo baticuevas. Serían rutas ideales para impulsar el turismo social. ¿Qué tal El Fantasma? Sembraría oligarcas campos de golf con calaveras duplex. ¿Y Drácula? Redondearía la oferta con urnas tipo estudio, especial para solteros o divorciados.

Pendientes de solución, todavía, otros tres males heredados del pasado podrido: inseguridad, troneras y basura. Consultados los gurús iraníes, recomiendan: Contra los choros, el Llanero Solitario. Para rellenar huecos, Tiger Woods. Y, para desaparecer la mugre, prescriben un batallón de chivos de Quíbor. ¡Asunto arreglado!

msanmartin@eluniversal.com
Cort. El Universal

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