Los Centros de Venta de Entradas para la Copa Mundial de la FIFA 2010 abrieron sus puertas el 15 de abril a a las nueve en punto, pero a lo largo y ancho del país, miles de sudafricanos se agolpaban en sus inmediaciones desde mucho antes. De hecho, los aficionados han hecho cola toda la noche en todas y cada una de las sedes.

En la víspera, a última hora de la tarde, ya se respiraba una atmósfera jovial. Aquí y allá la gente hablaba sobre los partidos que querían presenciar, jugaban al balón en la calle o tocaban las vuvuzelas para pasar el rato. En el Centro de Venta de Entradas para la Copa Mundial de la FIFA de Sandton, la cola iba serpenteando por la acera a medida que el ambiente se electrizaba  por momentos.
“Es un día increíble para nosotros, histórico. La realidad de la Copa Mundial empieza hoy, porque la gente que tenga su entrada ya tiene su sitio asegurado en un estadio completamente terminado. Lo único que nos falta es el trofeo y los equipos. ¡Que empiece el juego!”, ha declarado Danny Jordaan, Director Ejecutivo del Comité Organizador de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010.
En opinión de Jordaan, los sudafricanos no están comprando únicamente su entrada, sino algo que va mucho más allá. “Cuando una persona adquiere una entrada para un partido, está comprando una parte de la historia de Sudáfrica. Está comprando una parte del futuro de este país”.
Mohamed Dadabhay, un muchacho de 19 años, se plantó a las puertas del Centro de Venta de Entradas de Sandton a las 11 de la mañana del día anterior. Y por lo que parece, el plan le ha salido a las mil maravillas, porque fue el primero en atravesar las puertas a las 9 de la mañana. “Me he llevado una gran alegría al ver que era el primero de la fila. La Copa Mundial va a ser increíble, y la gente se va a volver loca. Me encanta el fútbol, y por eso he venido tan pronto a hacer cola”, nos ha explicado el joven mientras esperaba. Finalmente, ha salido del centro de venta con su premio: tres billetes para el 64º partido de la Copa Mundial de la FIFA, la final. “Estoy contentísimo de haber podido conseguir las entradas para la final. Es una excelente inversión”.
Muy cerca se encontraba Wiseman Cele, que llevaba esperando desde las 5 de la tarde anterior. Según él, la cola no es sólo un lugar donde esperar para comprar entradas, sino una lección de lo que la Copa Mundial puede hacer por Sudáfrica. “La Copa Mundial será algo fabuloso para Sudáfrica. Nos unirá a todos. He estado aquí esperando con gente de diferentes orígenes y de diferentes razas, y todos nos hemos congregado en torno a la Copa Mundial. Para nosotros, el hecho de poder avanzar y unirnos como país es algo muy positivo”.
La tercera en la fila era Shelley Smith, de Johannesburgo. Shelley tenía tantas ganas de hacerse con las entradas para la Copa Mundial que ella y su marido han reservado un hotel muy cerca del Centro de Venta de Sandton y se han turnado durante la noche para mantener su puesto en la cola. “Esto es más especial que cualquier otra cosa. Mi sueño era tener una entrada para la Copa Mundial. Nunca he estado en los Juegos Olímpicos, nunca he presenciado algo tan grande, y tenerlo en Sudáfrica me parece increíble”.
Algunos se han dejado llevar por la emoción al entrar en el Centro. Los gritos de  “Aleluya” y “Bafana Bafana” han llenado el ambiente, y la gente ha comenzado a aplaudir cada vez que una persona accedía al establecimiento.
“¡Por fin! Es maravilloso tener las entradas. Estoy muy emocionado. Soy aficionado al fútbol, me gusta mucho. Espero que ésta sea una de las mejores Copas Mundiales”, ha exclamado radiante Ahmed Akhalwaya, de 30 años de edad, que llevaba en la fila desde la 1 de la tarde anterior y ha conseguido billetes para la semifinal en Durban y para los cuartos de final en Ellis Park.
Previn Ramsamy, que se ha incorporado a la cola a las 2 de la madrugada, ha comprado entradas para el Italia-Eslovenia y para el Costa de Marfil-Brasil. “Indudablemente, estoy emocionado. Es la primera vez para África, es nuestra Copa Mundial, y no tenemos que ir a ninguna parte para verla. Tengo ganas de que empiece, estoy loco de contento”.
En el punto de venta del centro comercial Maponya, en Soweto, se han vivido escenas muy similares a medida que se propagaba la fiebre de la Copa Mundial.
Ahí, las colas empezaron a las cinco y media de la tarde anteriro, cuando el primero de la fila, Malin Fisher, de 32 años, se instaló con su silla de camping y sus provisiones frente al centro de venta. Pero ha merecido la pena, porque ha conseguido los billetes que quería, para el partido inaugural y para la final. “La espera ha valido la pena. Es una oportunidad única en la vida y a mí me ha tocado vivirla”.
También para Roheet Nagar la noche en vela en Maponya ha tenido su compensación. Roheet no ha podido ocultar su júbilo al asegurase las entradas para el choque Brasil-Costa de Marfil en el estadio Soccer City. “Ha sido una larga espera, y un largo camino, pero allá vamos Sudáfrica”, ha exclamado.
Cort. Prensa FIFA