miércoles, 14 de abril de 2010

Raúl Castro cede control de las barberías

El gobierno cubano ha decidido salirse del negocio de la belleza y, al reconocer que tiene un millón de empleados improductivos en la nómina estatal, ha presentado una solución para combatir el fraude y reducir los precios: entregar los salones de belleza a los empleados.

Los expertos dicen que la medida es un paso de "capitalismo light'' hacia la clase de medidas económicas que Cuba espera implantar para aliviar la enorme carga económica en medio de una crisis financiera. Pero el sector en cuestión es tan pequeño que los expertos dicen que la medida tiene muy poco alcance.
Aunque Cuba permite el empleo por cuenta propia en algunos sectores, esta es la primera vez que se ofrece a los empleados la posibilidad de operar establecimientos minoristas estatales desde que fueron nacionalizados en 1968. Los expertos opinan que esta medida del gobierno podría conducir a otras, como por ejemplo permitir a los empleados que operen los restaurantes en que trabajan.
La decisión, que no fue anunciada por los medios de prensa estatales cubanos, fue reportada por las agencias de prensa.
Barberos y peluqueros dijeron que ahora ellos alquilarían el espacio donde trabajan y pagarían impuestos en lugar de recibir un salario mensual. Las personas que no están interesadas en el nuevo sistema son transferidas a otros puestos o se les ofrece el retiro.
"Hay cierta incertidumbre'', dijo la peluquera Nerelys Martínez a la BBC, añadiendo que ellos todavía estaban esperando por más detalles sobre la forma de pago. "Creo que hay mucha gente que piensa que esto es una buena idea. Ellos están completamente de acuerdo''.
La medida del gobierno sigue a una serie de otros cambios en la economía estatal con objeto de reducir los gastos del gobierno, reducir el robo y aumentar la productividad.
El dirigente cubano Raúl Castro entregó tierras estatales a los campesinos en un intento de que aumenten la producción, y se permite que los choferes de taxis operen sus negocios de forma independiente.
Pero el gobierno cubano sigue controlando más del 90 por ciento de la economía, que según los expertos ha ido en picada desde que los huracanes del 2008 destruyeran gran parte de su infrastructura y después de una caída global en el precio del níquel, una de las exportaciones más importantes del país.
Raúl Castro asumió el gobierno hace dos años entre altas expectativas de que haría grandes cambios que ayudarían a remediar la presión económica en el bolsillo de los cubanos. Pero Castro se ha movido mucho más despacio de lo que se esperaba, destruyendo las esperanzas de reforma y frustrando a los millones de cubanos que ganan alrededor de $20 al mes.
"Este es el principio del gobierno de Raúl abriendo espacio para dar a la gente la oportunidad de ganarse la vida --52 años demasiado tarde'', dijo el experto en Cuba Andy Gómez, vicerrector de la Universidad de Miami y miembro de la dirección del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos. "Creo que es una curita en una herida de 12 pulgadas que seguirá sangrando''.
Antonio Jorge, profesor emérito de Economía Política de la Universidad Internacional de la Florida, está de acuerdo.
"Si ustedes me dicen que ellos están aumentando la cantidad de tierras estatales que se entregan a cultivadores independientes o que se están entregando las fábricas a los trabajadores, entonces yo podría ver la importancia de esto'', dijo Jorge. "Yo no entiendo la lógica detrás de esto. ¿Qué significa esto en los términos de la fuerza laboral de Cuba? No tengo idea''. 
Jorge señaló que Cuba tiene una "historia errática'' en cuanto al trabajo por cuenta propia. Medidas anteriores que permitían la apertura de negocios pequeños fueron luego revocadas a menudo.
Cuba legalizó el trabajo por cuenta propia en 1993, pero el número de licencias entregadas ha disminuido drásticamente durante la última década.
"Cada vez que el gobierno cubano hace una concesión, es porque se ve forzado a ello'', dijo Jorge. "Creo que estas medidas son simplemente oportunistas, y se suspenden enseguida que pasa la emergencia que las provocó''.
La nueva medida, que está sujeta a ajustes y a las condiciones locales, establece una cuota mensual por cada persona en base al 15 por ciento de las ganancias promedio generadas por los cortes de pelo y tratamientos en cada área.
Los peluqueros podrán cobrar lo que les permita el mercado. Muchos peluqueros ya lo hacen --ilegalmente.
Tres años atrás, la prensa cubana publicó una serie inusual que documentaba los problemas en el sector minorista, incluyendo el robo por parte de los empleados.
Los administradores de las peluquerías dijeron al periódico Juventud Rebelde que muchas veces tenían que pagar la pintura de uñas de su bolsillo porque los suministros del gobierno se les acababan. No era de extrañar, decían los empleados, que la mayoría de los establecimientos engañaban a los empleados.
Si hay más negocios en manos de sus empleados, el gobierno se librará no sólo de la nómina, sino de tener que suministrarlo todo, desde el champú hasta el tinte de pelo.
Los expertos esperan que más negocios, como los restaurantes, serán el próximo paso.
"No tendría sentido documentar todos estos problemas en el sector minorista y luego sólo tratar de arreglar las peluquerías y las barberías'', dijo Phil Peters, analista de Cuba del grupo de estudio Instituto Lexington. "Ellos están haciéndolo todo muy despacio deliberadamente''.
"Es prudencia política''.

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