domingo, 11 de julio de 2010

Cuba podría beneficiarse con liberación de presos

Por JUAN O. TAMAYO y JUAN CARLOS CHAVEZ/jtamayo@elnuevoherald.com

La promesa de Cuba de liberar a 52 prisioneros disidentes pudiera provocar una reacción positiva de reciprocidad en Washington y Europa, que incluiría un incremento de dólares estadounidenses provenientes del turismo que entraría a la isla, de acuerdo con algunos analistas y observadores.

La promesa también fortaleció las voces de la Iglesia Católica en Cuba, las Damas de Blanco y otros disidentes que han presionado por la excarcelación de todos los prisioneros políticos, añadieron algunos analistas.
Pero otros advirtieron que esto pudiera ser sólo una concesión táctica de un gobierno que enfrenta una fulminante crisis económica y es improbable que a largo plazo suavice medio siglo de autoritarismo y mano dura.
Los reportes de que los primeros cinco prisioneros liberados saldrán para España, también provocaron alegaciones de que el gobierno los fuerza a un exilio, aunque las autoridades eclesiásticas insisten en que cualquier salida será de manera voluntaria.
Quizás la recompensa mayor para Cuba sería la aprobación por el Congreso de Estados Unidos de un proyecto de ley que permitirá a los turistas estadounidenses viajar a la isla y otorgarle así cientos de millones de dólares a la economía cubana. Los que respaldan los viajes dicen que sólo les faltan menos de una decena de votos para la aprobación en la Cámara de Representantes.
La liberación de los disidentes "pudiera impactar a los miembros del Congreso, quienes aún no toman posición clara en este debate, muchos de los cuales están exhaustos de una política tan inefectiva [. . .] pero no quieren que se les acuse de gratificar a Cuba por su mal comportamiento'', dijo Anya Landau-French, especialista en asuntos cubanos de New America Foundation radicado en Washington.
Los opositores "han argumentado que Estados Unidos no debería levantar las restricciones de viajes sin que Cuba haga concesiones en materia de derechos humanos. Este desarrollo dirá si los oponentes buscarán otra razón para decir que no'', añadió Landau-French en un correo electrónico al El Nuevo Herald.
Otros mantuvieron el mismo argumento de exigir a la administración Obama que tenga gestos positivos hacia el gobierno de Cuba.
"Este paso tiene que ayudar a las relaciones con Estados Unidos porque no hay más pretextos'', dijo Miguel Angel Moratinos, ministro español de Asuntos Exteriores. ‘‘Ellos dijeron que estaban esperando por algunas decisiones del gobierno cubano, las cuales han sido tomadas''.
Las liberaciones prometidas también ayudarán a Moratinos en su campaña para poner fin a la política de la Unión Europea (UE), que vincula las relaciones con La Habana en materia de derechos humanos.
Analistas dijeron que es muy probable que la UE vote en septiembre para poner fin a ‘‘la posición común'', la cual no contiene ninguna sanción pero ha sido denunciada por La Habana como una intromisión en sus asuntos internos y un impedimento en la mejoría de las relaciones.
"No soy un adivino, pero si los prisioneros son liberados, las probabilidades de levantarla serán muy altas'', dijo Joaquín Roy, director del Centro de la Unión Europea de la Universidad de Miami.
También se fortaleció la posición de la Iglesia cubana, por mucho tiempo limitada por el gobierno, pero que en estos momentos está en conversaciones con el gobernante Raúl Castro que condujeron el miércoles al acuerdo de la liberación de 52 prisioneros. Esta es la primera vez que el gobierno de la isla negocia asuntos domésticos con una organización independiente cubana.
La Iglesia ha comenzado a trabajar "donde no había nada anteriormente'', dijo al Nuevo Herald la semana pasada José Conrado Rodríguez, un sacerdote cubano que ha criticado al gobierno.
Lo que es más, las Damas de Blanco -- mujeres familiares de los 75 disidentes encarcelados en una redada del 2003 conocida como la Primavera Negra -- ganaron sus demandas por la liberación de sus hombres. Los 52 son los últimos de ese grupo que están todavía en prisión.
Las marchas dominicales de las mujeres por La Habana -- prácticamente las únicas expresiones callejeras de oposición que el gobierno ha permitido en décadas -- podrían continuar luego de que los 52 sean puestos en libertad si los familiares de los aproximadamente 110 presos políticos restantes quieren exigir su libertad, dijo la portavoz de las Damas de Blanco, Berta Soler.
"Las Damas de Blanco ganaron en la lucha pacífica por la libertad de nuestros hombres, y la Iglesia Católica, porque su función es la de estar al lado de las personas que sufren'', agregó Soler. "Pero también ha ganado el gobierno internacionalmente porque no estaba siendo bien visto y ahora el mundo ve que ha sido un poco flexible. Ganadores hemos sido todos desde diferentes puntos de vista''.
Algunos observadores de Cuba, sin embargo, están urgiendo al Congreso estadounidense y a la administración del presidente Barack Obama a que no hagan gestos significativos de amistad al gobierno castrista que sigue siendo uno de los más represivos del mundo.
El viernes, la madre de Orlando Zapata, el preso político que murió el 23 de febrero tras una huelga de hambre para protestar contra los abusos en la cárcel, reportó que agentes de Seguridad del Estado estaban amenazando con usar una turba apoyada por el gobierno para bloquear una marcha de protesta hasta su tumba hoy domingo.
"Ellos están diciendo que tienen a una turba lista'', dijo por teléfono Reina Luisa Tamayo al Directorio Democrático Cubano.
En La Habana, el activista de derechos humanos Elizardo Sánchez Santa Cruz dijo que le preocupaba también que la Iglesia y funcionarios del gobierno han estado preguntando a los 52 disidentes si querían irse a España mientras estaban encarcelados todavía.
"Dicen que la salida es voluntaria, pero voluntaria con una bayoneta en la espalda'', dijo Sánchez. "Para gente que ha estado en la cárcel por siete años [. . .] es una cierta coacción sicológica que es inaceptable por parte nuestra, aunque se puede entender por parte de los prisioneros''.
Un editorial del viernes del Washington Post dijo que "nadie debería hacerse ilusiones de que [la liberación de los presos] augure cambios políticos fundamentales en la isla que los hermanos Castro, Fidel y Raúl, han gobernado con puño de hierro desde 1959''.
Obama "ha hecho depender inteligentemente los cambios importantes en las sanciones de Estados Unidos de un movimiento significativo hacia la democracia y la libertad por parte de La Habana. A esa condición le falta mucho para cumplirse'', concluyó el editorial.
James Cason, ex jefe de la misión diplomática estadounidense en La Habana, alegó también que permitir el turismo a Cuba llenaría de dinero las arcas del gobierno, no los bolsillos de los cubanos promedio como insisten los partidarios del proyecto de ley de viajes a Cuba.
"Las fuerzas de la seguridad cubana controlan la industria del turismo [. . .], la mayoría de los estadounidenses no hablan español lo bastante bien como para tener una conversación sobre democracia que tenga algún sentido y [. . .] la mayoría de los cubanos hablan inglés de modo muy rudimentario'', escribió Cason en una carta a The New York Times. "Los dólares de los turistas no van a beneficiar a nadie excepto a la clase gobernante''.
Tanto el Post como Cason también notaron que Cuba todavía mantiene en la cárcel a Allan P. Gross, un subcontratista de Washington detenido el 3 de diciembre después de haber entregado equipos de comunicación a grupos de judíos cubanos.
La decisión de Castro de poner en libertad a los 52 podría asimismo resultar peligrosa para su control del poder, devolviendo a los disidentes a las calles cubanas, dando a la Iglesia un espacio más prominente en los asuntos de la isla y tal vez animando nuevas expresiones de oposición al gobierno.
En 1955, "cuando era un joven revolucionario, [Fidel Castro] fue puesto en libertad por Fulgencio Batista, el dictator, a consecuencia de la presión internacional'', reportó el viernes la revista The Economist. "El sabe mejor que nadie lo que pasó después''.

Cort. El Nuevo Herald

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