martes, 28 de septiembre de 2010

"Tenía más riesgos de morir por un asalto que por un rayo"

Los hombres quedaron tendidos en las piedras, tras recibir el impacto
del rayo (CRUZ SOJO)
Rafael Quintero era mecánico y Orlando Marcano trabajaba como vigilante
 
NADESKA NORIEGA AVILA |  ESPECIAL EL UNIVERSAL
La Guaira.- A Rafael Quintero le gustaba pescar. Por eso para su familia no fue extraño que tras votar se fuera con otros seis vecinos al malecón de la playa de Punta Gorda frente el sector Atanasio Girardot en Mare Abajo, para distraerse un rato.

Lo que tampoco imaginaron sus familiares y amigos era que durante el transcurso de la tarde el hombre que se desempeñaba como mecánico diesel en una empresa de transporte en Caracas, seria impactado por un rayo, costándole la vida, así como a otros dos de sus acompañantes: Orlando Marcano quien trabajaba como vigilante de un Mercal en la entidad y un menor de 12 años.

"Viviendo en un barrio en donde pasan sus cosas, trabajando por guardia o llegando tarde. Uno podría imaginarse que el mayor riesgo para su vidas era que le dieran un balazo, o que lo asaltaran, pero nunca que su muerte ocurriera como consecuencia de un rayo. Suena completamente absurdo" comentaba Maria Gutiérrez, familiar de la víctima.

De acuerdo a testigos presenciales, el grupo permanecía parado en el malecón cuando inició una lluvia intermitente y una tormenta eléctrica. De acuerdo a los lugareños la centella cayó en la punta del malecón y produjo un sonido similar al de una explosión. Las tres víctimas fatales quedaron tendidos sobre las rocas, mientras un cuerpo cayó al mar para ser rescatado por los Bomberos de Vargas.

Los otros cuatro heridos, Susej Gutiérrez, Carlos Alberto Echeverría, Ronald González y Gustavo Gutiérrez permanecen hospitalizados en el Periférico de Pariata, a donde fueron trasladados con traumatismos y quemaduras menores.

Fuentes de la Medicatura Forense de Vargas indicaron que presumen que los nylon y carretes utilizados por quienes pescaban pudieron servir de conductores para que recibieran esa fulminante descarga eléctrica.

Los vecinos aun intentan explicarse lo sucedido, pues tanto los fallecidos como los heridos son apreciados en el sector. "Esta es como una lección de vida: aquí cuando llueve, uno no se sale del mar porque lo considera más divertido. Los muchachos de por aquí surfean, sin ver el riesgo que se corre. Una cosa tan inocente como pescar nos ha costado tres vidas" decía con preocupación Zulay Mota, una vecina.

Además de estas muertes, la tormenta eléctrica ocasionó el domingo en la noche un incendio en una vivienda en el sector El Respiro en Catia La Mar.

El propietario del inmueble el subinspector de Polivargas Douglas Mayora, indicó que las llamas se iniciaron tras el impacto de un rayo en la planta superior de la estructura. No hubo pérdidas humanas, pero si daños materiales.

En los últimos tres meses dos hechos que involucran rayos y descargas eléctricas se han registrado en la entidad costera, el primero hirió a dos pescadores que se encontraban en Playa Verde y el último, ocurrido en agosto pasado, mató al bañista Jonatan Antonio Carvajal Boscán, en Playa Coral, en Caraballeda.

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