martes, 22 de noviembre de 2011

Las relaciones entre Cuba y España podrían ser turbulentas tras elecciones

Foto montaje: Oscar
JUAN O. TAMAYO/JTAMAYO@ELNUEVOHERALD.COM
Las relaciones entre Cuba y España podrían encaminarse hacia aguas turbulentas después de que el conservador Partido Popular ganó las elecciones del domingo, aunque varios analistas dicen que ninguna de las dos partes tiene mucho interés en entablar una pugna de importancia.
La victoria del PP puso fin a casi ocho años de gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), criticado frecuentemente por ser demasiado amistoso hacia los gobernantes de La Habana, e insensible a sus violaciones de los derechos humanos.
Al preguntársele la semana pasada acerca de Cuba, Mariano Rajoy, líder del PP y próximo presidente de gobierno, declaró: “Quiero democracia, quiero libertad, quiero derechos humanos. Bueno, yo no, lo quiere todo el mundo”.
Sin embargo, la plataforma de campaña de su partido apenas hizo mención de Cuba o del presidente izquierdista de Venezuela, Hugo Chávez, y los discursos de Rajoy se centraron principalmente en la dura crisis económica de España y en su tasa de desempleo del 20 por ciento.
Es más, el comercio bilateral llegó a más de $1,000 millones el año pasado y más de 200 empresas españolas tienen importantes inversiones en la isla caribeña, muchas de ellas en el creciente sector del turismo.
“Yo dudaría mucho que Cuba se convierta en un tema prioritario, ni siquiera importante” para Rajoy, dijo Joaquín Roy, un español que dirige el Centro de la Unión Europea en la Universidad de Miami. “El tiene muchas otras preocupaciones”.
“Tampoco pienso que Raúl [Castro] y su gente tendrían algún interés en empezar algo con el nuevo gobierno español. Raúl también tiene otras cosas importantes que hacer”, agregó Roy.
Castro se encuentra en medio de una riesgosa campaña para reformar la débil economía de Cuba mediante la reducción de los gastos públicos, permitiendo un nivel más alto de gestión privada y atrayendo más inversiones extranjeras.
Los medios de comunicación de Cuba, controlados por el gobierno, informaron el lunes sobre la victoria de Rajoy de manera relativamente sencilla, sin atacar al PP pero mencionando un reporte de España que argumenta que el PSOE perdió porque se alejó de sus principios socialistas.
Sin embargo, otros sostienen que las turbulencias en las relaciones bilaterales serían inevitables si Rajoy trata de ejercer tan sólo un poco más de presión sobre el gobierno de Cuba, con el fin de que éste mejore su historial de derechos humanos.
“No será fácil para el Partido Popular articular una relación diplomática mínimamente cordial con el régimen, debido a la predisposición histórica de los Castro hacia cualquier gobierno que los cuestione”, señaló el blog Diario de Cuba.
Uno de los puntos de conflicto podría ser la dura campaña de Castro contra la corrupción, que ya ha puesto a varios hombres de negocios extranjeros en la cárcel. Un abogado español que representa a varias empresas con oficinas en La Habana, dijo que a algunos de sus clientes les preocupa que ahora vayan a ser seleccionados para investigaciones.
El activista de los derechos humanos Elizardo Sánchez, en La Habana, dijo que la política de España hacia Cuba bajo el PP tiene que cambiar, porque, “lamentablemente, la política diseñada por el gobierno de Zapatero ... fue fallida”.
Bajo el saliente presidente de gobierno del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, España convenció a la Unión Europea, integrada por 27 países, de que levantara las sanciones impuestas a Cuba después que ésta encarceló a 75 disidentes pacíficos en el 2003.
Pero fracasó en varios intentos para que la UE levantara su “posición común”, adoptada en 1996, de vincular las relaciones del organismo con La Habana al historial de los derechos humanos.
España también accedió a recibir a cerca de 115 presos políticos y cientos de sus familiares, liberados durante el pasado año por Castro después de mantener conversaciones sin precedentes con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, y a un aumento en los intercambios culturales y académicos.
El gobierno de Rajoy ahora “debería conservar los elementos positivos del intercambio pueblo a pueblo”, agregó Diario de Cuba, y adoptar una nueva “solidaridad manifiesta con la disidencia interna y de respeto hacia el exilio”.
El disidente Guillermo Fariñas dijo que estaba “muy contento” con la victoria de Rajoy, y que espera que España proporcione más asistencia a la oposición cubana, como lo hizo el presidente de gobierno José María Aznar, del PP, derrotado por el PSOE en el 2004.
El gobierno del PSOE fue “cómplice de la dictadura” cubana, añadió Fariñas por teléfono desde su casa en Cuba.
En Miami, la Fundación Nacional Cubano Americana dijo que la embajada española en La Habana debe empezar rápidamente a permitir que los disidentes cubanos utilicen sus servicios de internet, para que puedan comunicarse con el mundo exterior.
Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, elogió a la embajada por su trato cordial a los disidentes bajo Zapatero, pero añadió que espera que con Rajoy se volverá a los niveles aún mejores del gobierno de Aznar.
Ese fue un gobierno “que realmente vio y vigiló por la problemática que existe en Cuba”, añadió Soler, “con respecto al cubano de a pie, a los grupos de oposición, a los grupos de derechos humanos”.


Cort. El Nuevo Herald

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