La desastrosa situación del Metro de Caracas, con sus trenes detenidos, apagones, inseguridad, impuntualidad e incapacidad de los vagones para admitir más usuarios no deja de tener su lado... positivo para los sufridos pasajeros, pues al no caber todos tampoco puede colearse la miríada de "damnificados" sociales que piden limosnas, tocan vallenatos o cantan rap en su interior; no hay manera de alzar la mano para recoger ayuditas y menos para moverse con equipos de sonido voceando temas de cierto ingenio y al mismo tiempo desplazarse entre una muchedumbre aprisionada entre sus propios cuerpos que a duras penas deja salir, y entrar, a quienes las estaciones les recuerdan su próximo destino. Al salir a la superficie la cosa se pone peor, pero una pequeña victoria le han ganado a la anarquía esos heroicos usuarios.
Foto: Renier Otto/TalCualDigital
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