Foto cort. de accionchilena.cl/Internacional/Gas-Potosi.htm
EFE, La Paz | Una protesta de mineros e indígenas contra el alza de precios de los alimentos terminó hoy en disturbios y saqueos en un pueblo en la región boliviana de Potosí (suroeste), fronteriza con Chile y Argentina, informó una fuente oficial.
El subcomandante de la Policía de Potosí, coronel Edwin Durán, dijo a Efe que las protestas ocurrieron esta mañana en el pueblo de Llallagua, donde unos 3.500 manifestantes, entre indígenas y mineros que operan bajo el sistema de cooperativas, marcharon para reclamar por el encarecimiento de varios productos.
"A su paso por la principal calle de Llallagua, estas personas han destrozado algunos comercios y han saqueado algunas tiendas", señaló Durán.
Según medios locales, la marcha fue convocada por los mineros, pero, al parecer, se descontroló cuando se sumaron integrantes de los "ayllus" (clanes indígenas) Chullpa y Sicoya.
Mineros e indígenas apedrearon y forzaron las puertas de tiendas de alimentos y de aparatos electrónicos para robar estos productos, sin que interviniera la Policía.
Según Durán, la Policía había advertido a los comerciantes que no abrieran sus negocios hoy "porque ya se tenían noticias de esta marcha" y justificó la ausencia de los agentes al asegurar que buscaban "evitar choques o enfrentamientos" que agravaran la situación.
En declaraciones a la radio Erbol, el alcalde de Llallagua, Tomas Quiroz, lamentó lo ocurrido y dijo que la marcha no tenía justificativo alguno, puesto que no hay escasez, ni encarecimiento de alimentos en ese pueblo.
El alcalde anunció que pedirá al Gobierno del presidente Evo Morales la intervención del Ejército para evitar que estos hechos se repitan.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Potosí investiga los sucesos para hallar a los culpables de la violencia, mientras que los vecinos de Llallagua se reunirán en las próximas horas para definir medidas para protegerse de un eventual nuevo ataque.
Tras el alza del coste de los carburantes líquidos decretada por Morales a fines de 2010, varios alimentos subieron sus precios en el mercado interno, pese a que el mandatario después dejó sin efecto la medida por una radical presión social.
El subcomandante de la Policía de Potosí, coronel Edwin Durán, dijo a Efe que las protestas ocurrieron esta mañana en el pueblo de Llallagua, donde unos 3.500 manifestantes, entre indígenas y mineros que operan bajo el sistema de cooperativas, marcharon para reclamar por el encarecimiento de varios productos.
"A su paso por la principal calle de Llallagua, estas personas han destrozado algunos comercios y han saqueado algunas tiendas", señaló Durán.
Según medios locales, la marcha fue convocada por los mineros, pero, al parecer, se descontroló cuando se sumaron integrantes de los "ayllus" (clanes indígenas) Chullpa y Sicoya.
Mineros e indígenas apedrearon y forzaron las puertas de tiendas de alimentos y de aparatos electrónicos para robar estos productos, sin que interviniera la Policía.
Según Durán, la Policía había advertido a los comerciantes que no abrieran sus negocios hoy "porque ya se tenían noticias de esta marcha" y justificó la ausencia de los agentes al asegurar que buscaban "evitar choques o enfrentamientos" que agravaran la situación.
En declaraciones a la radio Erbol, el alcalde de Llallagua, Tomas Quiroz, lamentó lo ocurrido y dijo que la marcha no tenía justificativo alguno, puesto que no hay escasez, ni encarecimiento de alimentos en ese pueblo.
El alcalde anunció que pedirá al Gobierno del presidente Evo Morales la intervención del Ejército para evitar que estos hechos se repitan.
La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de Potosí investiga los sucesos para hallar a los culpables de la violencia, mientras que los vecinos de Llallagua se reunirán en las próximas horas para definir medidas para protegerse de un eventual nuevo ataque.
Tras el alza del coste de los carburantes líquidos decretada por Morales a fines de 2010, varios alimentos subieron sus precios en el mercado interno, pese a que el mandatario después dejó sin efecto la medida por una radical presión social.
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