Por: VenEconomía
El Gobierno de Hugo Chávez se ha convertido en estos doce años en el líder en la aplicación de paños calientes. Lo grave es que, si bien los paños alivian momentáneamente un mal para algún sector, por lo general abren troneras que generan nuevas y mayores complicaciones para otro contingente de población.
Un ejemplo de esto es, el anuncio hecho por el Presidente el fin de semana de que emitirá un nuevo decreto, con rango, valor y fuerza de ley, mediante el cual se condonarían las deudas de los productores agrícolas afectados por las torrenciales lluvias de noviembre y diciembre pasados.
Sería muy fácil aplaudir la decisión, viendo solamente una cara de la moneda: La grave situación que atraviesan los productores agropecuarios. Situación esta que cabe aclarar no sólo es consecuencia de las lluvias que trajo La Niña, ni la sequía que ocasionó El Niño durante los primeros meses de 2010 sino, muy especialmente, de las erradas políticas del Gobierno, que ha expropiado miles de tierras sin ton ni son y ha desestimulado la inversión y la siembra.
También es comprensible el beneplácito con el que acogió la medida Fedeagro, que en voz de su presidente, Pedro Rivas, opina que ésta "ayudaría a paliar nuestra situación de endeudamiento y nos permitirá reimpulsar la siembra de los próximos ciclos".
Sin embargo, las cosas no pintan nada bien para la otra cara de la moneda: La banca privada. Según lo anunciado someramente por el mandatario, en pocos días estará listo ese Decreto-Ley Habilitante que condonará "todas las deudas de los productores agrícolas, aunque a los de la banca privada no les guste".
El punto no es que les guste o no, sino que este decreto podría significar la quiebra de muchos bancos.
Resulta que la Cartera Agrícola (=25% de la cartera total) que el Gobierno impone de manera obligatoria, puede resultar para alguno de ellos sustancialmente mayor que el 100% de su patrimonio. (En noviembre, el 25% de la cartera de la banca era el equivalente del 92% del patrimonio del sistema; si se supone que la mitad de la cartera agrícola típica es condonada, se arrasaría con 46% del patrimonio de los bancos, lo que podría representar más del 100% en algunos casos).
Hasta ahora no se conocen los detalles del Decreto-Ley propuesto. Sin embargo dentro de lo que ha trascendido, no existe nada que indique que el Gobierno tenga pensado compensar a los bancos por las eventuales pérdidas que les provoque la condonación obligatoria de los créditos agrícolas.
Un Gobierno racional, se preocuparía por el bienestar de todos los sectores de la población, pasando por el entendimiento de lo que significa para el sano desarrollo de un País contar con un sistema bancario fuerte, en el cual se tenga confianza, lo cual se logra con políticas claras y concertadas.
Un ejemplo de esto es, el anuncio hecho por el Presidente el fin de semana de que emitirá un nuevo decreto, con rango, valor y fuerza de ley, mediante el cual se condonarían las deudas de los productores agrícolas afectados por las torrenciales lluvias de noviembre y diciembre pasados.
Sería muy fácil aplaudir la decisión, viendo solamente una cara de la moneda: La grave situación que atraviesan los productores agropecuarios. Situación esta que cabe aclarar no sólo es consecuencia de las lluvias que trajo La Niña, ni la sequía que ocasionó El Niño durante los primeros meses de 2010 sino, muy especialmente, de las erradas políticas del Gobierno, que ha expropiado miles de tierras sin ton ni son y ha desestimulado la inversión y la siembra.
También es comprensible el beneplácito con el que acogió la medida Fedeagro, que en voz de su presidente, Pedro Rivas, opina que ésta "ayudaría a paliar nuestra situación de endeudamiento y nos permitirá reimpulsar la siembra de los próximos ciclos".
Sin embargo, las cosas no pintan nada bien para la otra cara de la moneda: La banca privada. Según lo anunciado someramente por el mandatario, en pocos días estará listo ese Decreto-Ley Habilitante que condonará "todas las deudas de los productores agrícolas, aunque a los de la banca privada no les guste".
El punto no es que les guste o no, sino que este decreto podría significar la quiebra de muchos bancos.
Resulta que la Cartera Agrícola (=25% de la cartera total) que el Gobierno impone de manera obligatoria, puede resultar para alguno de ellos sustancialmente mayor que el 100% de su patrimonio. (En noviembre, el 25% de la cartera de la banca era el equivalente del 92% del patrimonio del sistema; si se supone que la mitad de la cartera agrícola típica es condonada, se arrasaría con 46% del patrimonio de los bancos, lo que podría representar más del 100% en algunos casos).
Hasta ahora no se conocen los detalles del Decreto-Ley propuesto. Sin embargo dentro de lo que ha trascendido, no existe nada que indique que el Gobierno tenga pensado compensar a los bancos por las eventuales pérdidas que les provoque la condonación obligatoria de los créditos agrícolas.
Un Gobierno racional, se preocuparía por el bienestar de todos los sectores de la población, pasando por el entendimiento de lo que significa para el sano desarrollo de un País contar con un sistema bancario fuerte, en el cual se tenga confianza, lo cual se logra con políticas claras y concertadas.
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