Por: VenEconomía
Una de las características que exhibe el Gobierno de Hugo Chávez, es confundir mando impositivo y amedrentamiento con gobernar concertadamente y gerenciar al país.
Desde hace algún tiempo, el mandatario está montado en una campaña para amedrentar a los banqueros, al igual que lo ha hecho en estos doce años con los agricultores, con los constructores, con la academia, con los trabajadores, los políticos y con todo el que se le antoje.
Ya no le basta con tener acogotada a la banca con carteras obligatorias ni con las ingentes restricciones que introdujo la reforma a la Ley de Bancos e Instituciones Financieras. Tampoco lo ha saciado la última decisión unilateral de condonar la deuda agrícola a todos los productores de las zonas afectadas por las lluvias de fines de 2010, ni el nuevo despojo que le va a propinar a la banca, según se deduce de la advertencia de que se acomodaran porque "les voy a sacar 15 mil millones de bolívares para créditos de viviendas (.) en las condiciones que imponga el Gobierno y no las mafias estafadoras". Esto con motivo del anuncio de una nueva promesa de construir para 2011, 150.000 unidades habitacionales a un costo de Bs.F.30 mil millones.
En ese mismo acto, y ante la evidencia de los efectos perniciosos que estas últimas arbitrariedades tendrán para la banca, el mandatario nacional protagonizó la tarde de este miércoles un bochornoso arranque de prepotencia al amenazar con nacionalizar al Banco Provincial, filial del español Banco Bilbao Viscaya Argentaria (BBVA).
El contexto de la exhibición de fuerza bruta del mandamás fue un acto televisado en cadena sobre la problemática habitacional. Luego de una denuncia de unos ciudadanos, que dijeron estar afectados porque el Provincial no les otorgó el crédito para un desarrollo habitacional en San José del Ávila, solicitó hablar telefónicamente con el Presidente del banco, Pedro Rodríguez. Cuando le comunicaron a Rodríguez, sin que se permitiera oír las aclaratorias y respuestas del banquero, y haciendo caso omiso de ellas, Chávez le espetó a viva voz estos tres exabruptos, ante los atónitos televidentes:
"Si el Banco Provincial que usted preside no está dispuesto a cumplir con las leyes y decretos presidenciales, comience usted a entregarme el banco".
"Dígame cuánto cuesta. No voy a discutir con usted", y finalmente sentenció: "No está en venta, pero usted sabe que yo lo puedo expropiar perfectamente".
No se sabe si los denunciantes tienen o no razón. Menos se conoce si éstos cumplen los requisitos de ley para acceder a créditos hipotecarios, ni sobre la viabilidad o no del proyecto habitacional. Tal vez todo esté en regla. Pero, aún si las cosas no estuvieran dentro del orden legal, al Banco Provincial no le queda más opción que asumir el riesgo de financiar ese proyecto, so pena de ser expropiado, o nacionalizado.
Ya el mandamás aplicó el látigo dictatorial, piensa que tiene en sus manos un poder sin límites.
Desde hace algún tiempo, el mandatario está montado en una campaña para amedrentar a los banqueros, al igual que lo ha hecho en estos doce años con los agricultores, con los constructores, con la academia, con los trabajadores, los políticos y con todo el que se le antoje.
Ya no le basta con tener acogotada a la banca con carteras obligatorias ni con las ingentes restricciones que introdujo la reforma a la Ley de Bancos e Instituciones Financieras. Tampoco lo ha saciado la última decisión unilateral de condonar la deuda agrícola a todos los productores de las zonas afectadas por las lluvias de fines de 2010, ni el nuevo despojo que le va a propinar a la banca, según se deduce de la advertencia de que se acomodaran porque "les voy a sacar 15 mil millones de bolívares para créditos de viviendas (.) en las condiciones que imponga el Gobierno y no las mafias estafadoras". Esto con motivo del anuncio de una nueva promesa de construir para 2011, 150.000 unidades habitacionales a un costo de Bs.F.30 mil millones.
En ese mismo acto, y ante la evidencia de los efectos perniciosos que estas últimas arbitrariedades tendrán para la banca, el mandatario nacional protagonizó la tarde de este miércoles un bochornoso arranque de prepotencia al amenazar con nacionalizar al Banco Provincial, filial del español Banco Bilbao Viscaya Argentaria (BBVA).
El contexto de la exhibición de fuerza bruta del mandamás fue un acto televisado en cadena sobre la problemática habitacional. Luego de una denuncia de unos ciudadanos, que dijeron estar afectados porque el Provincial no les otorgó el crédito para un desarrollo habitacional en San José del Ávila, solicitó hablar telefónicamente con el Presidente del banco, Pedro Rodríguez. Cuando le comunicaron a Rodríguez, sin que se permitiera oír las aclaratorias y respuestas del banquero, y haciendo caso omiso de ellas, Chávez le espetó a viva voz estos tres exabruptos, ante los atónitos televidentes:
"Si el Banco Provincial que usted preside no está dispuesto a cumplir con las leyes y decretos presidenciales, comience usted a entregarme el banco".
"Dígame cuánto cuesta. No voy a discutir con usted", y finalmente sentenció: "No está en venta, pero usted sabe que yo lo puedo expropiar perfectamente".
No se sabe si los denunciantes tienen o no razón. Menos se conoce si éstos cumplen los requisitos de ley para acceder a créditos hipotecarios, ni sobre la viabilidad o no del proyecto habitacional. Tal vez todo esté en regla. Pero, aún si las cosas no estuvieran dentro del orden legal, al Banco Provincial no le queda más opción que asumir el riesgo de financiar ese proyecto, so pena de ser expropiado, o nacionalizado.
Ya el mandamás aplicó el látigo dictatorial, piensa que tiene en sus manos un poder sin límites.
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