martes, 18 de septiembre de 2012

Nuevo Herald: La campaña del presidente Chávez apela a la violencia y el juego sucio

ANTONIO MARIA DELGADO/ADELGADO@ELNUEVOHERALD.COM
Grupos armados bloquean las pistas de los aeropuertos para que el candidato de la oposición, Henrique Capriles, no pueda aterrizar; medios oficiales divulgan un video para desprestigiar a uno de sus aliados, mientras que seguidores del presidente Hugo Chávez salen a la calle con una sola misión: destruir los carteles electorales del rival.


La campaña del candidato de la Revolución Bolivariana parece haberse quitado los guantes a tres semanas de las elecciones presidenciales de Venezuela, haciendo uso de estrategias de juego sucio, y en ocasiones de violencia, en un intento por torpedear las probabilidades de que el candidato opositor resulte electo.

Es una estrategia cuyo uso se ha vuelto más frecuente en la medida que se acerca el día de los comicios, dijo Omar Barboza, presidente ejecutivo del partido opositor Un Nuevo Tiempo.

El gobierno compite en el terreno electoral “con laboratorios de mentiras sobre dirigentes de la oposición, utilizando documentos falsos sobre nuestra propuesta, chantajeando a quienes no los apoyen, comprando el apoyo de grupos o personas, y por último, utilizan la violencia para impedir el contacto de Capriles con el pueblo”, denunció Barboza.

Capriles, quien ha emprendido una exitosa campaña de recorrer a Venezuela visitando pueblo por pueblo, se vio obligado a suspender al menos dos de sus visitas en días recientes, ante la amenaza de que pudiese ser agredido por grupos violentos afiliados con el gobierno.

Eso fue lo que ocurrió el domingo 9 de septiembre, luego que su campaña recibiera información de que un grupo armado lo esperaba para emboscarlo en el sector caraqueño de La Pastora, con advertencias de un alto funcionario de un servicio de inteligencia venezolano de que no podían garantizarle su seguridad.

Dos días después, la visita del candidato a la ciudad de Puerto Cabello estuvo a punto de ser suspendida, luego que turbas chavistas bloquearan la pista de aterrizaje y atacaran a un grupo de seguidores de Capriles que le esperaban en las instalaciones, provocando un enfrentamiento que dejó al menos 14 heridos.

Capriles tuvo que tomar una lancha para llegar a la ciudad.

“Lo que están buscando es que el mensaje de Capriles no llegue, sobre todos a los sectores más populares, los centros urbanos marginales que han sido bolsones del activismo político del gobierno”, dijo el analista político David Morán.

“Es allí donde se han establecido estos ‘colectivos’, algunos de los cuales son agrupaciones paramilitares delincuenciales que ejercen labores de control social. Esos son los espacios donde el gobierno pretende que Capriles no llegue”, agregó.

Pero el candidato de la oposición parece estar disfrutando de cierto grado de aceptación en estas áreas, al menos en una suficiente proporción para mejorar sus prospectos en el plano nacional.

Algunas encuestas muestran a Chávez y al candidato de la oposición dentro de un renglón de competencia muy reñido, con algunas de ellas mostrando al mandatario con una ventaja de cuatro puntos y en otras a su rival arriba con la misma proporción.

El comando de campaña oficialista, sin embargo, no se ha quedado de brazos cruzado y ha destinado una gran cantidad de tiempo y recursos para tratar de restarle prestigio al campo opositor. En uno de sus más recientes esfuerzos filtró a los medios de comunicación del Estado un video en el que se muestra al diputado Juan Carlos Caldera, representante ante el Poder Electoral del equipo de campaña de Capriles, recibiendo unos sobres con dinero.

Los seguidores del presidente, Hugo Chávez, presentaron el caso como un escándalo relacionado con el soborno —aunque no especificaron por qué ni para qué— y responsabilizaron del caso al propio Capriles pidiendo una investigación sobre la financiación de la campaña de la oposición.

El candidato opositor reaccionó de inmediato expulsando al diputado de su equipo y asegurando que no aceptaría chantajes, mientras que Caldera afirmó que lo filmado era un pago de un empresario a su campaña personal para la alcaldía de un municipio de Caracas.

El video dio continuidad a una serie de denuncias del Gobierno sobre un supuesto “paquetazo” económico oculto de la oposición, desmentido reiteradamente por sus miembros, que argumenta que el documento usado por Chávez para realizar la acusación fue falsificado.

Dirigentes de la oposición también han denunciado la sistemática destrucción de las vallas publicitarias que promueven a Capriles.

Analistas consultados dijeron que prácticas como estas demuestran por un lado la incapacidad del gobierno para, por una parte, competir en esta elección en el terreno de las ideas, y por otra, que está siendo presa de la desesperación.

El analista Ignacio De León dijo que la campaña de Chávez ha pasado por varias etapas, que incluyen el explotar publicitariamente al máximo el cáncer que padece el mandatario, en un intento por generar lástima entre los sectores que tradicionalmente han sido su base.

“Cuando vieron que esto no ha funcionado tuvieron que apelar al miedo para ir desde la ‘Misión Lastima’ hasta la ‘Misión Terror’ ”, comentó De León.

“Era de esperar que utilizaran ese medio porque las encuestas les están diciendo que hay un desgano muy grande de la base militante chavista, y ante eso, lo que están tratando de hacer es desestimular, primero a los chavistas blandos que podrían saltar al campo de Capriles y, segundo, atemorizar a la base dura de la oposición en una estrategia que esta basada en el miedo”.

La oposición venezolana, sin embargo, cree que ese tipo de estrategia no tendrá resultado.

“El mayor miedo que hoy tiene la gran mayoría del pueblo es a perder su país, ya la gente está convencida de que el voto es secreto y que después del triunfo de Henrique Capriles los que hoy están en el gobierno no podrán cumplir con sus amenazas”, sostuvo Barboza.

El Nuevo Herald

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