lunes, 17 de septiembre de 2012

El cielo de las drogas/Simón Boccanegra 17sep12

La semana pasada El Nacional publicó un reportaje sobre las rutas de vuelos con drogas, y la mancha roja resultante de la incontable cantidad de líneas que pasan sobre Apure para alcanzar el Caribe es espeluznante. El tema no puede reducirse a Maiquetía, cuando en pistas clandestinas, vuelos privados, se ha desarrollado todo un negocio y un canal de transporte inmenso

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital

El sábado fueron detectados 30 kilogramos de cocaína en Maiquetía que se pretendía enviar a Europa, según la información oficial. Los medios del Estado aprovecharon para usar el asunto como una demostración de que Venezuela está al pie del cañón de la lucha antidrogas, en concordancia con lo dicho por Nicolás Maduro y en respuesta al Departamento de Estado de EEUU, que pone al país en una lista de los que no trabajan bien el tema.

Pero nada se puede reducir a la declaración y a un evento. Si usted busca en Google las palabras "droga Maiquetía", saldrán al menos 749 resultados de informaciones sobre incautaciones hechas en la terminal aérea en apenas el último mes.

Algunos dirán que esa es la demostración de la lucha, pero viendo el panorama completo podemos asumir que, muy al contrario, se trata de la demostración de que nos hemos convertido en puente de distribución del narcotráfico hacia Europa y hacia América Central con destino final Estados Unidos y México.

La semana pasada El Nacional publicó un reportaje sobre las rutas de vuelos con drogas, y la mancha roja resultante de la incontable cantidad de líneas que pasan sobre Apure para alcanzar el Caribe es espeluznante. El tema no puede reducirse a Maiquetía, cuando en pistas clandestinas, vuelos privados, se ha desarrollado todo un negocio y un canal de transporte inmenso.

Por cada dedil, por cada bulto de apenas pocos kilos que detecten en Maiquetía, deben ser toneladas las que se embarcan en otras partes del país, pasan por encima de la cabeza de los ministros y siguen hacia narcomercados. Nos hemos convertido en puente, bajo la mirada complaciente de quienes hasta se dejarán mojar las manos. Después de todo, allí está el amigo Makled, financista del PSUV y receptor de jugosos contratos del Estado, por nombrar solo a uno y quedarnos cortos con su descripción.

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