lunes, 29 de octubre de 2012

El bajo vuelo/Simón Boccanegra 29oct12

La llegada del avión Embraer 190, parte de la nueva flota que se compró para ampliar las rutas de vuelos de Conviasa, se celebró con bombos y platillos por parte del gobierno. El asunto es que la aerolínea "bandera" del Estado debe mejorar su rendimiento y, también, su fama. Hasta agosto pasado, Conviasa acumulaba 7 accidentes grandes en 8 años de operaciones, desde que nació en marzo de 2004

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Ayer el gobierno hizo fiesta con la llegada de un nuevo avión Embraer 190 para llevar la flota de Conviasa hasta 14 aparatos. La idea es llegar a 20 nuevos aviones de la empresa brasileña, que van llegando a paso de vencedores, luego de que se firmara un convenio binacional para comprarlos.

La llegada fue con bautizo, con aplausos, con vivas a la revolución y demás. Eso, a pesar de que se trata simplemente de una empresa aeronáutica aumentando su flota en tan solo 1 artefacto. Algo normal, pues.

El asunto es que la aerolínea "bandera" del Estado debe mejorar su rendimiento y, también, su fama. Hasta agosto pasado, Conviasa acumulaba 7 accidentes grandes en 8 años de operaciones, desde que nació en marzo de 2004.

El más reciente fue el del lunes 13 de agosto cuando el vuelo 2197 no pudo despegar en el aeropuerto de Valera y terminó tirado en el monte porque se le acabó la pista. No hubo heridos y tampoco detalles sobre la falla mecánica que involucró los cauchos y el tren de aterrizaje.

Otros han sido más lamentables. El 13 de septiembre de 2010 un avión modelo ATR-42 se estrelló en Puerto Ordaz contra instalaciones de Sidor, dejando 17 personas fallecidas de las 42 que se trasladaban.

Dos días después, el 15, un Boeing 737-200 aterrizó de emergencia poco después de despegar del aeropuerto de Barcelona. El 16 otro avión aterrizó de emergencia en Maiquetía. Tremenda semana aquella. Son tan solo algunos de los varios accidentes que incluyen titulares escalofriantes como "Avión de Conviasa se estrelló en Quito", de agosto de 2008.

¿De qué vale la fiesta por un avión si la empresa no es capaz de mantenerlos volando sin arriesgar las vidas y la tranquilidad de los que viajan en ellos, además de las buenas operaciones y los tiempos de vuelo? Conviasa ni siquiera es una empresa rentable. En la Asamblea Nacional se han aprobado créditos adicionales porque sus propios ingresos no dan. ¿Qué tal si la ministra se ocupa menos de aplaudir y más en la eficiencia de la aerolínea?

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