miércoles, 17 de marzo de 2010

RSF pide a Lula que intervenga ante Cuba para liberar a presos de conciencia

EFE.--La misiva, firmada por el secretario general de RSF Jean-François Julliard, recuerda que la muerte de Orlando Zapata, el pasado 23 de febrero, "suscitó que los disidentes cubanos dirigieran sus demandas a usted, que se encontraba en La Habana cuando el opositor sucumbió en prisión después de 80 días de huelga de hambre".

Algunos de ellos le reprocharon el haber expresado demasiado tarde su "pesar" por este drama pero, añade el texto, "su reacción alimentó la esperanza de que usted se convirtiera en mediador frente a las autoridades cubanas en lo que respecta a los prisioneros de conciencia".

La organización de defensa de la libertad de prensa "apoya esta demanda y le exhorta a que, más allá de sus reservas, le dé seguimiento".

Brasil y el resto de países latinoamericanos son los únicos, según Julliard, que pueden influir en la posición del régimen cubano en materia de derechos humanos y de libertad de información.

El responsable de RSF recuerda que Lula condenó las graves violaciones de los derechos humanos cometidas después del golpe de Estado en Honduras, en junio de 2009, y acogió en su embajada a un presidente elegido democráticamente y derrocado por la fuerza.

Ahora, agrega, debería hacer lo mismo por Cuba, donde 200 personas están privadas de su libertad por el solo hecho de pensar de una manera distinta a la de sus dirigentes.

El porvenir de Cuba y de sus instituciones concierne a los cubanos, pero "las violaciones de los derechos humanos en Cuba conciernen a la comunidad internacional y a la conciencia universal, como en cualquier otro país donde esos derechos son pisoteados".

"Para que sea respetado, el régimen cubano debe ser respetable", subraya en su carta, antes de incidir en que "es urgente" actuar porque el periodista Guillermo Fariñas Hernández realiza una huelga de hambre y otros disidentes "harán lo mismo en ausencia de un mínimo esfuerzo de las autoridades cubanas y si persiste el silencio de los países hermanos de América Latina".

Concluye destacando que las democracias latinoamericanas no pueden permitir que esta situación perdure en Cuba sin tener alguna reacción.

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