jueves, 11 de agosto de 2011

Los sonidos del silencio


Aunque la degeneración auditiva está relacionada con la edad, nadie está exento de padecerla. Uno de cada seis jóvenes venezolanos muestra severas afecciones a causa del uso frecuente de audífonos


Por: Andreína Moros Machado/TalCualDigital
Las pérdidas auditivas graduales cada vez son más frecuentes en la actualidad, especialmente en la población joven. El uso indiscriminado de equipos de sonido a alto volumen, el exponerse por mucho tiempo a fuertes ruidos o el mantenerse constantemente escuchando ruidos intensos, son factores que inciden en la pérdida paulatina del sentido de la audición.

Todos estos deben ser considerados para saber cuán propenso se está de padecer problemas auditivos, a fin de tomar los correctivos necesarios para prevenir la presencia a mediano o largo plazo de afecciones de ese tipo.
  
Aunque algunos individuos por razones biológicas nacen con pérdida total o parcial del sentido de la audición, para quienes desde su infancia aprenden de la comunicación y el lenguaje escuchando, mirando y hablando, resulta traumático de un día para otro el notar que uno de estos disminuye.

Por tal motivo, es importante destacar que la pérdida auditiva producto del uso abusivo de audífonos, cornetas, amplificadores y demás artículos de ese tipo, es algo prevenible.

Cifras que manejan los especialistas en la materia, reflejan lo grave de la situación. Uno de cada seis jóvenes venezolanos muestra severas afecciones a causa del uso frecuente de audífonos.

Atendiendo la necesidad de prevenir este tipo de afecciones auditivas, 22 establecimientos Locatel realizan en todo el país exámenes gratuitos de Audiometría, los cuales ayudan a medir el umbral de audición del paciente; es decir, determinan la cantidad mínima de sonido que se necesita para escuchar. Esta evaluación debe formar parte del control de salud de todas las personas, desde la niñez hasta la adultez.

La degeneración auditiva está relacionada comúnmente con la edad, cuanta más edad se tiene mayor es la probabilidad de padecer problemas auditivos. Sin embargo, es un mito relacionar la pérdida auditiva solamente a este factor.
  
Según el Better Hearing Institute (EEUU), 65% de las pérdidas de audición agrupan a personas entre los 18 y los 44 años. Ello refiere que hoy en día ha disminuido el rango de edad en que se manifiestan los problemas de ese tipo, destacando como consecuencia latente la contaminación sónica a la que se está expuesto a diario en los hogares, los lugares públicos y los centros de trabajo, entre otros aspectos.

LO RECOMENDABLE
De acuerdo a las informaciones referidas por los especialistas, una hora diaria de exposición a sonidos a alta intensidad (105 decibeles o más) degenera progresivamente las células del oído.

Por tal motivo se recomienda: reducir el tiempo de exposición a cualquier fuente (teléfono, audífono, cornetas) a un máximo de 60 minutos al día. No escuchar aparatos reproductores con una intensidad mayor al 60% de su capacidad de salida. Evitar el uso de auriculares que se introduzcan dentro del oído y sustituirlos por aquellos que funcionan de forma externa (tipo almohadilla que cubren la oreja por fuera). De esta forma, el oído se aísla del ruido externo y disminuye la necesidad de aumentar el volumen.

PREVENIR ES NO LAMENTAR 
El llamado a la prevención sigue siendo lo recomendable en todas las patologías existentes. Una mejor calidad de vida a través de una adecuada alimentación, un ritmo de vida tranquilo, actividades físicas regulares adecuadas a las necesidades y limitaciones de cada individuo, son algunas de las recomendaciones que hacen los médicos en general para toda persona.

En el caso específico de las pérdidas auditivas, se recomienda en cualquier etapa de la vida el evitar fomentar las condiciones para disminuir la capacidad de este sentido. En la etapa preescolar es primordial que los padres vigilen el uso que sus hijos les dan a los equipos de sonido y prevengan, pues aunado a que entre 0 y 7 años de edad comúnmente se presentan procesos gripales que pueden llegar a afectar temporalmente la audición, las posibilidades aumentan.

¿QUÉ ES?
Hipoacusia es el nombre técnico que se le da a la pérdida auditiva, y la Presbiacusia es la pérdida auditiva relacionada con la edad. Al ser hecha la audiometría, el paciente responde a un estímulo sonoro con el que se obtiene un registro de los niveles de su audición, el cual a su vez, en caso de presentar problemas, determinará la clasificación de su discapacidad.

El nivel óptimo de audición para el oído humano oscila entre 10 y 25 decibeles (dB). La Hipoacusia Leve se refiere a la pérdida mínima de la audición, generalmente, la persona escucha pero necesita que le repitan el mensaje, va de los 26 a los 40 (dB); si supera los 41 decibeles se inician los daños en la salud y se requiere de auxiliares auditivos para escuchar mejor.

SEÑALES DE ALERTA 
• Dificultad para entender las conversaciones de otras personas, por teléfono y en ambiente ruidoso.
• Solicitar que le repitan varias veces.
• Problemas para diferenciar voces femeninas o de niños.
• Dar respuestas inadecuadas a preguntas.
• Falta de concentración en los niños y jóvenes en edad escolar.
• Aumentar considerablemente el volumen del televisor.
• Presentar pitos u otros ruidos en los oídos.

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