viernes, 20 de enero de 2012

Viviendas de mentira

El embuste de las 146.000 viviendas construidas. La cifra verdadera de edificación de unidades habitacionales en 2011 ronda en torno a las 69.110 viviendas En el apresuramiento por alardear victoria, no hubo tiempo para maquillar las cifras del BCV y así tapar la mentira

HUMBERTO GARCÍA LARRALDE / humgarl@gmail.com/TalCualDigital
Joseph Goebbels fue ministro de Propaganda de Hitler. Conocido por sus dotes retóricos, de él es la frase: "Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad". Valiéndose del control total de los medios, contribuyó a cimentar una falsa realidad en el imaginario nazi a través de la mentira, las medias verdades y/o el ocultamiento de información, que pretendió legitimar las atrocidades contra el género humano perpetradas bajo el reino de horror hitleriano.

Guardando las distancias, es notorio el uso de estos mismos ardides por parte del comandante-presidente para legitimarse como dueño vitalicio del poder en Venezuela. Hemos sido sometidos, ad nauseaum, a denuncias sobre conspiraciones y magnicidios, un sinfín de promesas incumplidas y mentiras descaradas sobre los "éxitos" de su gestión de gobierno.

En este año electoral, no debemos extrañarnos que se extremen estas prácticas. En fin, para eso Chávez se apoderó de la mayoría de los medios de comunicación y destruyó o sometió a voceros independientes.

Ya lo reiteró el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, "no habrá conciliación": la única "verdad" admisible es la que sale por la boca del supremo.

La "Gran Misión Vivienda Venezuela" ha sido escogida como bandera para inculcar en la mente de los venezolanos la convicción de que ­¡ahora sí!­ Chávez va a solucionar el problema de la falta de vivienda de los sectores más humildes. No importa que en los 12 años de gobierno que van desde 1999 a 2010 ­ambos inclusive­ se hayan edificado unas 400.000 casas, las que se construían en un quinquenio del período democrático; eso quedó en el pasado.

Faltaba sólo que Chávez pusiera su mente en ello, ocupada hasta hace poco en cosas más trascendentes, como sortear las conspiraciones contra su revolución. Como muestra de su disposición a cumplir, ¡están las 146.000 viviendas construidas el año pasado! Pero en su apresuramiento por alardear victoria, no hubo tiempo para maquillar las cifras del BCV y evitar que se pusiera al descubierto tamaña mentira.

DINÁMICA CONSTRUCTORA
El cuadro registra en su primera columna el valor agregado y el valor de la producción bruta, a precios constantes de 1997, para la industria de la Construcción y para la Construcción Residen- cial, correspondientes a 2007, último año para el cual el BCV publicó el Sistema de Cuentas Nacionales. Se observa que el valor agregado o producto interno bruto (PIB) de la construcción se debió en casi una tercera parte a la construcción residencial.

2007 fue el año en el que se construyeron más viviendas bajo la presidencia de Chávez ­si se hace abstracción de los alegatos respecto al año pasado­, unas 82.589. Al dividir el PIB de la construcción residencial por este número, nos da 14.997.421 bolívares como valor agregado promedio por vivienda.

El valor de la vivienda se obtiene dividiendo el valor de la producción bruta de la Construcción Residencial por el número de viviendas construidas. A precios corrientes de enero 2012, sería alrededor de 430.000 bolívares en promedio. Como está expresado a precios constantes, este valor no tiene por qué haberse modificado apreciablemente desde entonces.

De manera que, de haberse construido en 2011 las 146.000 casas, su valor agregado se obtendría multiplicando este número por los 14.997.421 bolívares mencionados. Esto daría un PIB para la Construcción Residencial para 2011 de 2.189.623 millones de bolívares, una cantidad superior en 951.001 millones a la de 2007. En ese mismo monto debería haberse incrementado, por ende, el PIB de la Construcción como un todo, suponiendo que las actividades de edificación distintas a la residencial permanecieron igual.

LOS NÚMEROS NO CUADRAN
El problema está en que, al sumar la cifra del PIB de la Construcción publicada por el BCV para 2007 ­Bs.3.916.526 millones­, el incremento antes señalado resulta en un valor para 2011 de Bs. 4.867.527 millones, siempre a precios constantes de 1997. Esto significaría un incremento porcentual de 21,1% con respecto a los 4.018.451 millones que reconoce el ente emisor para 2010, cifra poco creíble.

De hecho, en su mensaje de fin de año, el presidente del BCV informó que el PIB de la Construcción había aumentado (sólo) el 3,4%, lo que significa Bs. 136,627 millones. Si este incremento se le atribuye entera y exclusivamente a la construcción residencial, se habrían construido 9.110 viviendas más que las 60.000 que, según estimaciones generosas, se edificaron en 2010.

Sumando, la cifra verdadera de construcción de viviendas en 2011 ronda en torno a las 69.110 unidades, magnitud similar a la anunciada por la Cámara de la Construcción (70.000).

Este resultado es, desde luego, mucho más coherente con las dificultades observadas en la producción de distintos rubros para la construcción, como cabillas ­contrabandeadas, además, a Colombia­ y cemento. Explica, asimismo, por qué tantos damnificados por las lluvias de hace un año siguen sin recibir vivienda.

Por último, ¿cómo creer que, con el acoso a los promotores y constructores privados y con la ineficiencia ­su marca de fábrica­ de la Revolución Bolivariana, se iban a construir 146.000 casas en 2011, 2.000 sólo entre el 29 y el 31 de diciembre? ¿Acaso revelaciones como éstas harán que Chávez desista de su intento de engaño?

De ninguna manera. Repetirá, hasta el cansancio sus 146.000 casitas e irá inventando cifras progresivas para 2012 en la medida en que avanza la campaña. Al igual que con el abultamiento de la producción de Pdvsa luego de 2003 ­en este caso cuidadosamente maquillado con cifras sobre inversión bruta nacional y salidas de capital para cuadrar las cuentas­ la "realidad" inventada pasa a ser La Realidad. Ese es, precisamente, un rasgo distintivo del fascismo, como nos lo recuerda el ejemplo de Goebbels. Lo peor es que, de tanto repetir embustes, se los terminan creyendo: quienes desnudan la verdad son traidores a la patria.

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