jueves, 31 de mayo de 2012

La cárcel de Tocorón

Esta es la otra cara de la total pérdida del control de las cárceles por parte del gobierno. Los pranes mandan y organizan la vida y la muerte. También los bonches. El pran de Tocorón parece ser un joven a quien apodan "el niño guerrero". Por cierto, ¿invitarían los pranes a Iris Varela a la rumba?

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
El Universal publicó un reportaje sobre la cárcel de Tocorón, en Aragua, que es una pieza formidable de lo real maravilloso del mundo caribeño. Cárcel como esa no hay en el mundo.

Suena a cárcel sueca o suiza pero es criollita. No sólo porque tenga piscina, discoteca, manga de coleo, cancha de bolas criollas, panadería, parque infantil, una finca con 50 cerdos y otras bagatelas, sino que el Día de las Madres lo celebraron con un rumbón de tres días, invitado por radio y en el cual gastaron medio millón de bolívares para pagar dos cantantes extranjeros y uno nacional, amén de la orquesta.

¡Qué manguangua! Esta es la otra cara de la total pérdida del control de las cárceles por parte del gobierno. Los pranes mandan y organizan la vida y la muerte. También los bonches. El pran de Tocorón parece ser un joven a quien apodan "el niño guerrero".

La fiesta que organizó nunca la habría hecho mejor el gobierno. Este los habría arreglado con tequeños, unas botellas de tisana y una miniteca. Y sin embargo, hay presos que se quieren escapar de este redil de maravillas. De hecho, la rumba parece que estaba asociada a una fuga colectiva, que logró ser abortada.

Lógico. Las comodidades no compensan el hacinamiento. Construida para 900 internos, hoy bonchan (y también se matan entre sí) en ella casi 4 mil.

Cuatro veces más que la capacidad de origen. El amontonamiento de los reclusos y el arsenal que poseen son la causa principal de la siniestra estadística de unos 500 presos anualmente asesinados en los penales. Por cierto, ¿invitarían los pranes a Iris Varela a la rumba?

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