jueves, 8 de noviembre de 2012

Viaje al futuro/Simón Boccanegra 08nov12

Si Chávez logra armar las miles de comunas con que delira, el caos que se va a producir en el país, la destrucción de su aparato productivo, la destrucción de todo el microempresariado, va a dejar chiquito al que se dio en China con el fracaso de las comunas de Mao. En el futuro de esta revolución no hay nada

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Un anticipo de lo que será Venezuela cuando el futuro nos alcance ­si es que Chávez se sale con la suya en lo de las comunas­, lo proporciona la suerte corrida por la primera experiencia comunal ensayada en el país: la que inicialmente se denominó "núcleo endógeno" y luego "Comuna Gual y España".

Es esa que queda sobre la autopista a La Guaira, del lado de Gramoven, de donde provinieron sus fundadores. En 2008, cuando nació, era el orgullo del gobierno, que llevaba a ella a todos los visitantes del país para que comprobaran en vivo y en directo para dónde iba la "revolución".

Hoy no hay turismo revolucionario en "Gual y España" porque no hay nada que mostrar, como no sea el fracaso. De sus 81 fundadores originales sólo quedan 17. Los demás se fueron hace rato, entre otras cosas porque se sintieron abandonados por el gobierno y no le vieron el queso a la tostada.

De los dos gallineros, queda uno, el otro, con 2000 gallinas, está vacío; igual suerte corrió la conejera, de cuyos mil y pico de animalitos no quedan ni veinte. La bloquera está parada por "reparaciones". Hasta la Guardia Nacional, que fue la custodia inicial, se fue del sitio, obviamente, porque ya no hay nada que proteger.

Si Chávez logra armar las miles de comunas con que delira, el caos que se va a producir en el país, la destrucción de su aparato productivo, la destrucción de todo el microempresariado, va a dejar chiquito al que se dio en China con el fracaso de las comunas de Mao.

El proyecto traslada a las comunas desde la producción económica hasta la administración de justicia y la educación y les da potestad para meterse en la vida privada de la gente, porque la idea es hacer de las comunas lo que será, en la práctica, un aterrador mecanismo de control social. Las utopías no suelen ser inofensivas.

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