domingo, 4 de julio de 2010

Juventud profesional de Venezuela huye de revolución Chávez

Venezolanos universitarios con un promedio de 30 años de edad buscan caminos legales para emigrar con sus hijos pequeños.

Caracas.- Laura Bolívar, una profesional en mercadeo, tiene miedo a la delincuencia venezolana, no encuentra futuro en la "revolución socialista" del presidente Hugo Chávez y quiere ofrecer mejor panorama a su bebé.

Por eso se mudará en agosto del soleado y cálido terruño hacia el frío de Quebec en Canadá.

En 11 años de Gobierno de Chávez, decenas de miles de jóvenes profesionales venezolanos se han mudado a Europa, Estados Unidos, Australia, Canadá y unos pocos a países latinoamericanos como Panamá y Costa Rica.

"Lo que más preocupa es la inseguridad. Mi esposo es policía y él sabe, él vive con eso, trabaja con eso. Estás expuesto en cualquier sitio a cualquier hora", dijo a Reuters Bolívar, de 35 años de edad, que trabaja en mercadeo para la empresa de servicios de petroleros Schlumberger.

"Puedo quedarme aquí para luchar por el país. Pero ¿qué pasa con la educación de mi hijo? ¿Qué pasará cuando crezca? ¿Va a estar encerrado en la casa todo el tiempo jugando con el Nintendo porque es mejor a que esté fuera?", comentó.

Venezolanos universitarios con un promedio de 30 años de edad buscan caminos legales para emigrar con sus hijos pequeños. Tienen dinero para mantenerse por algún período y aceptan bajar su rango laboral para entrar al mercado, explicó la directora de la página www.mequieroir.com, Esther Bermúdez.
Venezuela tiene una corta historia de emigración y no existen cifras oficiales disponibles al respecto. Al contrario, el siglo pasado atraía a extranjeros.

Españoles, italianos y portugueses se mudaron al que era un pujante país petrolero en la década de 1950 para mejorar su calidad de vida. Se le sumó mano de obra poco calificada de Colombia, Ecuador y Perú a partir de 1960 y perseguidos políticos del Cono Sur durante las dictaduras militares.

Aún hoy, desplazados de la violencia colombiana -afectados por casi medio siglo de guerrilla izquierdista y el narcotráfico- cruzan la frontera común.

Pero algunos venezolanos, atrapados entre rumores y malos augurios sobre el futuro, quieren salir del constante deterioro de su calidad de vida con una creciente inflación y la escasez intermitente de alimentos básicos, como leche y azúcar.

"Este país en particular es 'telenovelérico'. A nosotros nos gusta cerrar con la onda en alta: 'a ver qué va a pasar mañana'. En nuestra cultura nosotros no somos gente de dormir tranquilos. Nos gusta acostarnos con una gran emoción, como las telenovelas", dijo el psicólogo social Leoncio Barrios.

Pero quienes emigran no lo hacen propiamente por razones políticas, muy pocos pueden alegar que son perseguidos, ni tampoco motivos económicos, pues dejan sus trabajos y se llevan dinero para comenzar su vida en el extranjero.

La razón es el miedo, la expectativa de que la economía empeore o de ser víctima de una violenta delincuencia, explicó Barrios, profesor de la Universidad Central de Venezuela.

"Hay gente que tiene miedo al proceso político que se está dando en el país. Y ese miedo le produce una gran incertidumbre", dijo Barrios a Reuters. 

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