Yo vine a este acto oficial con el martillo y la hoz que, como todos saben, simbolizan las nobles ideas de redención social del comunismo de Marx, Lenin y Fidel. Pero en un descuido de los guardianes de la revolución, alguien sin avisar se llevó la hoz. ¿Algún campesino que no tenía como sesgar el cañaveral? ¿Un desertor de la Misión Robinson que pensó se trataba de un signo de interrogación? No, señores. No puede ser que tal hurto haya ocurrido frente a nuestras narices. De aquí nadie se mueve, hasta que el martillo y la hoz aparezcan y vuelvan a juntarse para proclamar la república bolivariana y comunista, que como dijo Fidel, es lo mismo que socialismo.
Cort. TalCualDigital
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