lunes, 1 de noviembre de 2010

Tigres en tarde de récord

Wilson Ramos fue figura en su estreno con los Tigres al batear de 5-4, 
con dos dobles y cuatro carreras remolcadas    (Gustavo Bandres)
Aragua venció al Caracas 20-15 y logró una marca de carreras anotadas
BILLY RUSSO |  EL UNIVERSAL
"Esto pareció un juego de fútbol americano". Así calificó Buddy Bailey, manager de los Tigres de Aragua, el encuentro que ganaron 20-15 a los Leones del Caracas y en el que alcanzaron la mayor cantidad de carreras anotadas en su historia.


La inyección ofensiva que le agregó Wilson Ramos a los Tigres hizo que el equipo acabara con el pitcheo de los Leones, que por primera vez en la temporada recibe un castigo tan inclemente como el propinado por los bengalíes.

Los maderos aragüeños dispararon 21 incogibles, nueve de ellos extrabases, quedando a cuatro del récord de liga, que comparten junto a Tiburones de La Guaira.

De esos inatrapables cuatro -dos de más de una base- fueron de Ramos, quien estaba haciendo su estreno.

"Pienso que la ofensiva del equipo ya reaccionó, pero todavía tenemos que mejorar algunas cosas", dijo Ramos, quien bateó de 5-4, con cuatro carreras remolcadas y tres anotadas.

Antes del encuentro de ayer, la novena aragüeña tenía 62 anotaciones en la zafra, la cuarta cantidad más baja en la liga y su mayor cifra en un partido esta temporada había sido nueve. En su historia el número más alto en un choque era de 17, el 15 de noviembre de 1981, ante las Águilas del Zulia.

"Sin duda la ofensiva estuvo excelente. Ramos, Lastings Milledge y Alex Romero conectaron muy bien la bola y eso nos ayudó", expresó Bailey, quien bromeó con Ramos al decirle si todos los batazos los había dado con los ojos cerrados.

Pese a que las 20 carreras de los Tigres, que se quedaron a dos de imponerle una nueva marca de anotaciones aceptadas al pitcheo de los Leones en su historia, parecían asegurarle el triunfo al equipo, al final sintieron el acoso y la presión del Caracas.

"El relevo no lanzó strike y de allí los problemas. Los muchachos del bullpen no han estado bien y eso lo aprovecharon ellos para descontar", explicó Bailey, quien en el noveno inning, con el juego 20-6, tuvo que emplear a tres lanzadores para contener la reacción del Caracas, que marcó nueve carreras en ese episodio luego de ser dominado en los primeros cinco por Jeff Farnsworth, el abridor de los Tigres, que solo les permitió una carrera y cinco hits.

"La presión de ese último inning no fue normal. Eso nos bajó un poco el ánimo y por eso no celebramos", dijo Ramos.

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