martes, 29 de diciembre de 2009

China ejecuta a un británico, enfermo mental según sus familiares, Inglaterra protesta enérgicamente


AAS/Globovisión/AFP
China desoyó las demandas de clemencia de última hora y ejecutó el martes a un ciudadano británico, condenado a muerte por tráfico de droga aunque, según sus familiares, sufría una enfermedad mental.

El ministerio británico de Relaciones Exteriores anunció el martes haber convocado a la embajadora de China en Londres tras la ejecución en China de un británico condenado a muerte por narcotráfico aunque sus familiares señalaron que sufría una enfermedad mental.

Akmal Shaikh, de 53 años, fue ejecutado por inyección letal en Urumqi, capital de Xinjiang (noroeste), según anunció la agencia oficial China Nueva. Se trata del primer europeo ajusticiado en China desde hace 58 años, según Reprieve, una ONG de ayuda jurídica con sede en Londres.

Gran Bretaña condenó inmediatamente la ejecución de un hombre cuyos familiares afirman que sufría de trastorno bipolar y de crisis delirante.

El primer ministro británico, Gordon Brown, que fue el primero en anunciar la muerte del reo, expresó su condena.

"Condeno la ejecución de Akmal Shaikh con la máxima firmeza, estoy escandalizado y decepcionado por no haber sido atendidas nuestras persistentes demandas de clemencia", declaró Brown en un comunicado.

"Estoy particularmente preocupado por el hecho de que no se haya realizado ninguna evaluación de la salud mental" del condenado, añadió, y presentó sus "condolencias" a la familia y amigos de Akmal Shaikh.

Pekín respondió asegurando que "la justicia china llevó adelante (este caso) en estricta conformidad con la ley", según declaró una portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores. "China respetó plenamente los derechos de recurso del acusado", añadió.

"Expresamos nuestro fuerte descontento y nuestra oposición a las acusaciones británicas", agregó Jiang Yu, que llamó a Londres a "no crear nuevos obstáculos" en las relaciones bilaterales.

El Tribunal Supremo dio luz verde a la ejecución al rechazar el argumento de que el reo sufriera trastornos psíquicos.

"La investigación del Tribunal muestra que nada permite sospechar una enfermedad mental en Akmal, por lo tanto la demanda correspondiente en este caso no es de recibo", estimó el Tribunal.

Sin embargo, según varios testimonios recogidos por Reprieve, Akmal Shaikh padecía graves trastornos psicológicos.

Este londinense, que llegó a China tras una andanza por Polonia, estaba obsesionado con triunfar internacionalmente con una canción que aportaría la paz al mundo.

Se le puede ver cantando en el canal de intercambio de videos en internet YouTube "Come Little Rabbit", una canción que escribió en Polonia y que refleja su desconexión de la realidad.

"Ven conejito, ven a verme, un solo pueblo, un solo mundo, un solo Dios", cantaba, desentonando mucho, este padre de tres niños que habría, según el diario británico Guardian, empezado a tener problemas tras el fracaso de su matrimonio en 2001.

Un británico, Paul Newberry, que le conoció en Varsovia, contó a Reprieve que era un hombre "muy, muy enfermo".

"Sufría claramente de crisis delirante y me pareció que estaba gravemente maniaco-depresivo (...) Vivía en un mundo de ilusiones, era difícil saber qué parte de lo decía era imaginario y cuál era real".

Shaikh fue detenido en septiembre de 2007, en Urumqi, en posesión de cuatro kilos de heroína. Su familia asegura que unos criminales se aprovecharon de su vulnerabilidad psicológica para hacerle transportar droga durante una escala en Tayikistán.

Fue condenado en diciembre de 2008 y su pena fue confirmada por el Tribunal Supremo.

El lunes, Gran Bretaña hizo un último llamamiento de clemencia a las autoridades chinas. Dos de sus primos lo visitaron en la cárcel y presentaron un último pedido de indulto.

Tras la ejecución, su familia manifestó "su pena" frente a la inflexibilidad china y agradeció a todos los que se habían movilizado por él en la red social Facebook.

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