lunes, 24 de mayo de 2010

La inseguridad es el primer problema de Playa Grande

Atracos a personas y robos a viviendas se han incrementado en los últimos meses

La Guaira.- En los últimos tres meses, la panadería, una farmacia, un tráiler de comida rápida, una tienda de ropa, una peluquería y otros dos locales que funcionan como restaurantes en la urbanización Playa Grande de Catia La Mar, en el estado Vargas, han sido blanco del hampa.


En ese mismo lapso, de acuerdo con cifras de la asociación de vecinos de la zona, diez propietarios de apartamentos para vacacionar se consiguieron con la sorpresa de que sus viviendas habían sido desvalijadas. Y aunque no existan cifras o estadísticas certeras, los vecinos aseguran que a diario suceden hechos como éste o un estudiante es asaltado o un secuestro express es desarrollado o se arrebatan carteras, bolsos o cadenas.

"Somos un urbanismo muy solitario, porque la mayoría de los apartamentos son de vacacionar y aunque Polivargas tiene un comando en la avenida Principal, ese es un lugar lejano para las calles 1 o 2 que están al final del urbanismo o hacia las calles del mirador. Los motorizados lo saben y diseñan su plan de acción basados en todas estas debilidades vecinales. Uno lo que hace es encerrarse, llegar temprano y evitar transitar por las calles que estén más solas", explica el vecino Carlos León, quien califica las adyacencias del estadio y las calles cercanas a la estación de Hidrocapital de "alta peligrosidad", pues fue en esa zona que par de motorizados le robaron su equipo BlackBerry.

Los residentes temen que estas debilidades lo conviertan en un objetivo aun más vulnerable ante la inacción de las autoridades.

"No se han diseñado planes conjuntos entre la Policía de Vargas, Guardia Nacional o la Policía Municipal con los vecinos, ya sea con el consejo comunal o la asociación. Cada quien va por un lado. Algunos se han comprado armas, otros tienen vigilantes privados y otros han decidido pagarles algo extra a los policías para que estén más pendientes de sus locales, pero los condominios sólo los protegemos con sistemas eléctricos y empresas privadas para medio dormir tranquilos" agrega Rosa Briceño, residente de uno de los edificios que bordean la redoma de Playa Grande.

El comandante de Polivargas, Alejandro Pire, reconoce que por lo menos dos bandas están marcando su territorio en Playa Grande, pero que con acciones de inteligencia y un mayor patrullaje están siendo neutralizadas.

"Claro que tenemos un trabajo coordinado. Nos hemos reunido con los vecinos y con los comerciantes, y por eso se incrementó el número de rondas y patrullajes. También diseñamos un plan de respuesta rápida", aseguró el funcionario.

Muchos vecinos aseguran que el incremento de los hechos delictivos cuenta con complicidad interna, del propio personal de vigilancia o conserjerías, así como de vecinos indeseables.

"De urbanismo modelo pasamos a zona roja. Aunque parezca clasista, los robos y asaltos subieron con las invasiones, así como con la adjudicación de los apartamentos que construyó el Gobierno", analiza el residente Ricardo Bello.


Nadeska Noriega Ávila
ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL

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