miércoles, 1 de agosto de 2012

Protesta de los empleados de CVG Venalum en Puerto Ordaz

FOTO WILMER GONZÁLEZ
La protesta de los empleados de CVG Venalum, respaldada por dirigentes sindicales de todas las tendencias políticas, cerró por cuatro horas la avenida que comunica a Ciudad Guayana con los estados vecinos, cerca de las empresas básicas.


El anuncio del desembolso de 684 millones de bolívares para la cancelación de pasivos laborales de las compañías de la CVG (monto que representa el 16,9% de las deudas) no ha calmado a los trabajadores, quienes exigen al Gobierno un pronunciamiento claro sobre la discusión de los contratos colectivos vencidos.

Líderes sindicales de Venalum desarrollan agenda de lucha en medio de la desconfianza cultivada por años de diferencias políticas. La “unidad circunstancial” recibe el beneplácito de dirigentes de otras empresas, quienes convalidan las peticiones. 
Los trabajadores de CVG Venezolana de Aluminio (Venalum) trancaron por cuatro horas la principal vía de comunicación entre Ciudad Guayana y otros estados. Es la sexta protesta en una semana por el pago de los pasivos laborales.

Desde el 2007, los beneficios con incidencia salarial están suspendidos en las empresas básicas; más recientemente, en el 2010, el vicepresidente de la república, Elías Jaua, instruyó a las gerencias de las empresas a no suscribir ningún tipo de bonificación o aumento en las estatales.

De manera que la protesta “mediática” (como le calificó el secretario general de Sutralum, Pedro Perales), por ahora exclusiva de los trabajadores de Venalum, intenta revertir esa medida y forzar el diálogo.

La concentración de este martes, desde las 6:00 hasta las 10:00 de la mañana debajo del elevado de CVG Alcasa, mostró a la dirigencia sindical de CVG Venalum unida.
La concentración de este martes, desde las 6:00 hasta las 10:00 de la mañana debajo del elevado de CVG Alcasa, mostró a la dirigencia sindical de CVG Venalum unida.

“Aquí no se trata, en este momento, de trancar toda la ciudad porque lo hemos dicho: vamos haciendo la lucha de forma organizada, agotando todas las vías y hoy le estamos dando espacio para que nos llamen y nos sentemos”, subrayó Perales.

El sindicato apunta a conseguir la modificación del flujograma de cálculo, el bono de alimentación (cestaticket) y pago de las vacaciones como se les cancela a la nómina gerencial.

Después de una semana, los objetivos de los manifestantes no lucen claros, en parte, porque los acuerdos sindicales en la empresa han pasado por varias etapas sin respaldo mayoritario.

En la asamblea, Perales invitó a la reflexión “porque más del 50 por ciento de la gente se nos fue, porque a lo mejor no entendieron cuál era la lucha, de que aquí la lucha es para todos y no para unos pocos (…) esta no es una lucha politiquera”.

Hace una semana, el dirigente de tendencia oficialista se decantó por asumir la protesta de calle sin obtener todavía resultados favorables.
Recientemente el consejo de trabajadores y los adversarios políticos de Perales en las últimas elecciones, Gerardo Pérez y Leonardo Calderón, se sumaron a la unidad “circunstancial” y “por el bien de los trabajadores”, decidieron colocar a un lado las diferencias y reclamar los beneficios.

No es el caso de otras empresas, cuyas particularidades internas son distintas. Aunque el movimiento sidorista Alianza Sindical ha estado al frente de las últimas protestas, no ha logrado reunir a otras tendencias sindicales ni impactar a pesar del discurso de inclusión.

El líder de ese equipo y secretario de organización del Sindicato Único de Trabajadores de la Industria Siderúrgica y Sus Similares (Sutiss), José Meléndez, participó este lunes y pidió a la dirigencia no permitir la división. “Aquí no va a venir ni Rangel Gómez ni Andrés Velásquez a dividir la lucha, no permitamos eso compañeros porque eso le hace mucho daño a la lucha”, señaló.

Versiones de la lucha
Meléndez calificó de “dolorosa” la posición del secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Alúmina (Sutralúmina), Joel Alcalá, quien este lunes pidió a sus “camaradas” mantener la paz y no atender a los llamados de desestabilización.

“El siente que por allí es la vía pero ¿será que Joel Alcalá única y exclusivamente le van a resolver los problemas? Yo le hago un llamado porque él es un amigo, a que deponga esa actitud”, señaló el sidorista quien, hace una semana, dio una rueda de prensa en conjunto con Alcalá prometiendo una lucha incansable por los beneficios.

Aunque los dirigentes aseguran que no hay divisiones internas en la Central Bolivariana de Trabajadores Socialistas, lo cierto es que ni el coordinador nacional, ni el regional ni el presidente de la organización sindical se han sumado a las protestas recientes.

Tanto el secretario general del Sindicato de Trabajadores de CVG Carbonorca (Sutracarbonorca), Emilio Campos, como el del Sindicato Único de Profesionales de Carbonorca (Supco), Daniel García, acompañaron este martes a sus homólogos en la movilización pero guardan recelos.

“El panorama no está claro, hay muchas contradicciones dentro de la dirigencia sindical oficialista pero siento que ya hay algunos compañeros que ya están reaccionando, mientras otros creen que a través de la pasadera de mano van a conseguir las convenciones colectivas y los aumentos. Yo creo que históricamente es la lucha lo que le permite a los trabajadores avanzar”, dijo.

La batalla de la dirigencia sindical tiene dos contras: la desarticulación del movimiento y la indiferencia del Gobierno ante sus reclamos. Los trabajadores, por su parte, están suficientemente claros: exigen la discusión de los contratos colectivos y un aumento de salario al presidente Hugo Chávez quien, para este jueves, se prevé que esté en Guayana en campaña.
Cort. Correo del Caroní

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