lunes, 30 de julio de 2012

De su propia medicina/Simón Boccanegra 30jul12

La revolución se llena la boca hablando de logros, el sector salud supuestamente va viento en popa. La propaganda oficial destaca con frecuencia, pero de vez en cuando los propios líderes del proceso tienen contacto con la realidad y se dan cuenta de lo mucho que dista la realidad de lo que ellos hablan, no hay insumos en los hospitales públicos y los revolucionarios empiezan a sufrir por eso

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Una de los supuestos logros de la revolución chavista es la mejora de la atención en salud que reciben los venezolanos. La propaganda oficial lo destaca con frecuencia, pero de vez en cuando los propios líderes del proceso tienen un contacto con la realidad, que dista mucho de lo que pinta el sistema nacional de medios "públicos". Hace unos años, cuando el padre de Chacumbele tuvo que ser atendido, no lo trasladaron al Pérez Carreño, por ejemplo, sino que lo llevaron a una clínica privada.

Lo mismo ocurrió cuando al rey de la pamplina frita, conocido como Jorge Giordani, le dio dengue. Una experiencia similar tuvo Alí Rodríguez, quien también prefirió un centro médico "burgués" a uno donde manda la "revolución". Igual camino tomaron los ya fallecidos Lina Ron y Luis Tascón: nada que ver con hospitales públicos.

La cosa dista tanto de lo que dice la propaganda, que los trabajadores del sistema de salud exigen en su contratación colectiva un HCM privado, algo de lo que gozan los diputados, por cierto. El pasado jueves en Quíbor, el exgobernador Luis Reyes Reyes esperaba un pase para anunciar los "logros" en vivienda, cuando un ventarrón derribó el toldo y uno de los tubos lo golpeó.

Las heridas requerían tratamiento médico urgente, por lo que lo trasladaron al hospital de Quíbor, pero allí Reyes tuvo su contacto con la realidad cuando los galenos de guardia le dijeron que no lo podían atender por falta de insumos. Menos mal que Barquisimeto no está lejos y al llegar a la capital larense ingresaron al exgobernador en un centro médico, pero privado, pues no querían recibir en un hospital público la misma respuesta de Quíbor.

Y después hay quienes no entienden que Chacumbele prefiera atender su cáncer en Cuba en lugar de hacerlo en el Hospital Militar, por ejemplo. Esteban sabe cuándo arriesgarse.

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