viernes, 16 de septiembre de 2011

Detrás de la malicia /VenEconomía 16sep11

Por: VenEconomía

Este miércoles 14 de septiembre, el director del Servicio Autónomo de la Propiedad Intelectual (SAPI), José Julián Villalba, levantó una polémica sobre la emblemática marca "Harina Pan", producto elaborado con la materia prima de la tradicional arepa venezolana.

El funcionario se refirió al hecho de que la marca Harina Pan fue cedida hace más de 10 años a un fideicomisario canadiense, la Deutsche Transnational Trustee Inc. (DTTI), por lo que "la marca Harina Pan es ahora propiedad de una empresa canadiense." 
Ésa es una interpretación tergiversada del asunto. El hecho es que las marcas de muchísimas empresas venezolanas han sido cedidas a entidades extranjeras con la intención de blindar la marca contra las imitaciones.
Lo sensato de este proceder fue demostrado hace cinco años, cuando el Gobierno de Hugo Chávez retiró a Venezuela de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Como se recordará el SAPI declaró "nulos" todos los convenios de la CAN relativos a la propiedad intelectual y, en su lugar, se está aplicando la Ley de Propiedad Intelectual de 1956, del Gobierno del Marcos Pérez Jiménez, una ley nada moderna que brinda poca protección a las marcas. 
O sea, fue totalmente justificada la decisión de la empresa que blindó su marca en el exterior. Según el director del SAPI, este tipo de operaciones también ha sido realizado, entre otros, por El Universal, marca cedida también a DTTI; por los rones Pampero y Cacique, cedidas a R&Bailey Company, domiciliada en Irlanda; y por calzados infantil Pocholín, marca ahora propiedad de Invercentri C.A., con sede en Panamá.
Por su parte, las Empresas Polar emitieron un comunicado ratificando el nacionalismo de la marca afirmando que la Harina Pan "siempre ha sido, es y seguirá siendo, un producto venezolano, elaborado con mucho orgullo por sus empleados".
Si bien es cierto, que la marca Harina Pan sí fue cedida al fideicomisario canadiense DTTI, también lo es que la cesión se realizó hace unos 10 años. 
Lo que llama la atención es que no haya sido sino hasta ahora cuando el SAPI informa sobre este hecho.
Cabe notar que "casualmente", la "denuncia" se hace en momentos cuando Fedeagro y los productores de maíz están reclamando ajustes de precios del producto, plenamente justificados.
Para algunos analistas, detrás de lo malicioso de la información no sólo estaría el iniciar un nuevo ataque contra Empresas Polar o provocar otro descrédito al sector productivo privado, sino más importante aún abonar el terreno para promulgar una ley socialista que se apropie de las marcas nacionales. 

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