lunes, 18 de marzo de 2013

¿Aló Presidente?/Simón Boccanegra lunes 18mar13

Ayer inauguraron el primer "resumen" del Aló Presidente, ese cuando Chávez compartía pláticas con Fidel Castro, desde Carabobo y todavía con formato de programa de radio, con micrófonos y auriculares. La megalomanía televisiva aún no dominaba el quehacer del Comandante

SIMÓN BOCCANEGRA/TalCualDigital
Ayer se transmitió el primer "resumen" del Aló Presidente por los medios públicos televisivos. Fueron tres horas que, aparte de las interrupciones informativas, no le dijeron nada nuevo a la audiencia. De hecho, abrieron con el programa 49 donde Hugo Chávez compartía pláticas con Fidel Castro desde Carabobo y todavía con formato de programa de radio, con micrófonos y auriculares. La megalomanía televisiva aún no dominaba el quehacer del Comandante.

El Gobierno anunció con bombos y platillos que cada domingo será lo mismo, programas editados para recordarla memoria del fallecido.

Cualquiera pensaba que harían un mezcladito de varios programas, pero no. Apenas toman uno y lo llevan a tres horas. Es cuestión de campaña, claro.

Necesitan a Chávez en la televisión, como si todavía gobernara, para que el pueblo que votó por el PSUV no piense que en verdad el poder lo quieren controlar son las manos de Maduro y compañía, los mismos que el desaparecido Presidente regañaba.

Pero unas retransmisiones honestas del Aló Presidente pudieran servir también para desnudar las mentiras y deudas del Gobierno. Claro, los editores se cuidarán de cortar y cortar para dejar los momentos de discusiones teóricas, de ataques a la "cuarta república", de reivindicaciones históricas y de largas peroratas patrióticas.

Dejarán por fuera tantas promesas dichas, anunciadas, incluso "puestas en marcha" que nunca se concretaron. Seguro no mostrarán en esos resúmenes a Chávez con los pañales Guayuco, con el jugo Juvita, con las compotas socialistas, poniendo la primera piedra del segundo puente sobre el Lago de Maracaibo, hablando desde el Central Azucarero Ezequiel Zamora, por tan solo decir algo.

Tampoco se podrá ver cuando regañaba a los ministros y pedía responsabilidad y disciplina. Nada de eso lo veremos, aunque ese es el verdadero legado del Aló Presidente, las promesas, la venta de espejitos, la venta de esperanza, y pocas concreciones.

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