miércoles, 1 de septiembre de 2010

Terminarán en mal vivir//VenEconomía 01sep10

Por: VenEconomía
Hugo Chávez anunció este martes otro despropósito producto del calentamiento electoral: Que el Gobierno pondrá en circulación una "cédula del buen vivir".Resulta que dicha "cédula del buen vivir", no es otra cosa que una tarjeta de crédito que expedirá el ahora estatal Banco de Venezuela, destinada al uso de aquellos ciudadanos que tienen cuenta nómina en dicha entidad. Lo que es lo mismo que decir, que va destinada en su mayor parte a funcionarios de la administración pública.La nueva "cédula" estará destinada exclusivamente a la compra a crédito de alimentos y otros productos de la cesta básica. Pero que, según el entender del mandatario, no promoverá el consumismo, sino que serviría para "comprar lo justo". Llama la atención que el destino de la "cédula" sea la adquisición de bienes de consumo diario, ya que lo económicamente lógico es que el crédito se destine a la compra de bienes durables o se utilice en situaciones de emergencia.Más nocivo aún, desde el punto de vista económico, es que esta "cédula" sólo podrá ser utilizada en los centros de abastecimiento del Gobierno, entre ellos, los Comerso, Comersito, los abastos Bicentenarios y las bodegas populares Biceabastos. Es decir, violando la Ley de Depabis, el Banco de Venezuela estaría obligando a sus usuarios a direccionar sus compras con carácter de exclusividad en predeterminados puntos de venta.Otro punto es que para el Banco de Venezuela, y para el Gobierno, esto es un ganar ganar. Se cobran y se dan el vuelto. Siendo el Ejecutivo el mayor importador de alimentos y bienes básicos, con esta cédula se asegura un ingreso adicional que, en principio, disminuiría el subsidio a los alimentos y otros bienes básicos, y que más adelante lo ayudaría a financiar sus importaciones.El caso es que el Gobierno, imposibilitado de seguir subsidiando el consumo por la merma de los ingresos del Estado, encontró en la vía del financiamiento a un colectivo cautivo, una forma para que el venezolano pueda seguir comiendo, aunque eso represente que esté hipotecando sus ingresos. Esto es algo por demás pernicioso, y que tiene una muerte anunciada, la cual llegará cuando esos ciudadanos se percaten que su nómina está peligrosamente comprometida por las deudas en comida.Algunos analistas, piensan que este nuevo instrumento es un globo de ensayo que servirá para dar los primeros pasos hacia una tarjeta de racionamiento. De allí, dicen, sólo habría un paso para racionar y controlar el consumo del venezolano.

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