viernes, 16 de diciembre de 2011

En un galpón-refugio viven 33 familias desde la tragedia de Vargas

MAYE ALBORNOZ |  EL UNIVERSAL
Como una burla a su desgracia o una desafortunada casualidad, el albergue se llama "La Dignidad". En los antiguos galpones del Instituto Nacional de Nutrición, en la calle El Cristo de Catia, sobrevive un recuerdo del deslave de Vargas. Treinta y tres familias intentan subsistir a condiciones terribles. Tienen 12 años damnificados.


Los depósitos se convirtieron en un inframundo, en un barrio-galpón con divisiones improvisadas de tabla y bloque con veredas oscuras en donde deambulan perros callejeros, moscas y ratas.

María López (quien prefirió no dar su nombre real) tiene 25 años y ya no recuerda su niñez en Vargas. La memoria se le llenó de imágenes del espacio en el que le tocó crecer a la fuerza y donde dio a luz a dos hijos: "Esto es como una cárcel. Lo peor de estar aquí es que no sabes cuando es de día o de noche. Mis niños viven con dengue y ronchas en la piel por los zancudos, también se enferman del estómago".

Cada familia dispone de cuartos de dos por dos metros, más o menos, y en cada uno habitan mínimo tres adultos con dos niños. Las familias han crecido allí. Quienes llegaron siendo niñas, como María, ya tienen hijos y pareja.

Cuenta María que en "La Dignidad" sobrevive el más fuerte: si un fin de semana a algún vecino se le ocurre poner la música a todo volumen, hay que soportarla, pues la respuesta es que ahí nadie es dueño de nada. La basura se bota en cualquier lugar y simplemente no hay normas.

Si es que hay algo bueno, explica otra vecina, es que la misma comunidad logró que se fueran los "mala conducta", así que al menos adentro del galpón, no ocurren robos. Y menos mal: los cuartos no tienen techo, sino que comparten el cinc que protege al galpón. Los desagües de los baños y cocinas en cada habitación son comunes y dan hacia la calle.

En tantos años han escuchado de todo sobre proyectos de vivienda: sustitución de ranchos por casa, Misión Villanueva, Barrio Nuevo, apartamentos en Charallave, complejos habitacionales en Santa Teresa y ahora la Misión Vivienda.

El ministro para la Transformación de la Ciudad, Farruco Sesto, fue la última autoridad que los visitó. La nueva promesa es que les harán apartamentos a media cuadra. A ellos no les queda más que confiar.

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