lunes, 14 de diciembre de 2009

Quejas y ruinas diez años después de la tragedia de Vargas


El desastre ocurrido en el estado Vargas, en el que murieron miles de personas, cumple mañana diez años en medio de quejas de los damnificados y de las ruinas aún visibles de la tragedia.



"Tú veías el agua que pasaba, y sentías el piso que temblaba, vibraba. Pensabas que era un terremoto y resulta que eran las casas y las piedras que traía la montaña y que caían, y el agua se veía roja", contó a Efe José Gregorio López, testigo de los hechos al recordar los ríos de agua y barro que arrasaron la zona.

Barrios enteros como Los Corales, Uría o sectores de La Guaira, donde se concentraba el dinámico sector turístico en torno a los lujosos complejos hoteleros, inutilizados desde entonces, desaparecieron bajo el alud de piedras y lodo que se desprendió de la montaña tras días de lluvias torrenciales.

"La mayoría de los dueños se fueron porque los edificios quedaron medio dañados, así que se vino gente de otras zonas y los invadieron", agregó López, quien trabaja ahora como vigilante de uno de los hoteles, precisamente para que no sea invadido.

José Ángel Morales es uno de estos invasores que se vio forzado a instalarse en uno de los edificios de viviendas medio derruidos porque el río San Julián, en la zona de los Corales, se llevó su casa.

"No quedó nada. El río se lo llevó todo", dijo a Efe en la puerta de una casa a la que le faltan paredes, donde las cortinas sirven de ventanas y en la que aún se encuentran las enormes piedras que trajo el lodo.

Los deslizamientos de tierra ocurridos los días 15 y 16 de diciembre de 1999 borraron del mapa zonas enteras del litoral central venezolano, al pie de la montaña de más de 2.000 metros de altitud que separa Caracas del Mar Caribe y acabaron con la vida de más de 10.000 personas.

Unas 8.000 viviendas quedaron destruidas y unas 240.000 personas afectadas en la mayor catástrofe natural de la historia reciente del país suramericano.

"Ahorita estamos invadiendo, para que nos den la casa que nos corresponde. Estamos aquí a modo de presión al gobierno, porque acá se robaron todos los reales, se perdió toda la ayuda internacional", comentó Morales, quien indicó que muchos afectados como él están preparando un censo para presentar al Gobierno y obtener ayuda.

Una importante parte de Los Corales, uno de los sectores arrasados por el desastre de hace diez años, sigue siendo una zona devastada en la que apenas se han quitado algunos escombros y en la que edificios dañados que aún se mantienen en pie están repletos de familias que invadieron las viviendas.

Muchos de los damnificados eran familias de clase media y alta que abandonaron la zona ante el riesgo de nuevos aludes y las precarias condiciones en las que quedaron las edificaciones que no fueron destruidas.

Pero otras personas de menos recursos, como José Ángel Morales, que trabaja en un restaurante en las playas cercanas, no tenían lugar donde irse. Algunas familias fueron reinstaladas por el gobierno en otros lugares del país, como el estado Bolívar.

El general Alejandro Volta Tufano, presidente de Corpovargas, institución creada en 2000 para ejecutar los proyectos de reconstrucción en la zona, señaló por su parte, en declaraciones a medios locales, que "ningún país del mundo ha logrado hacer tantas obras en tan poco tiempo".

Desde Corpovargas se esgrimen la construcción de 5.000 viviendas y de medio centenar de represas, así como la canalización de más de 22 kilómetros para prevenir eventuales nuevas inundaciones y la recuperación de más de 500 kilómetros viales.

Sin embargo, Carlos Genatios, ex ministro de Ciencia y Tecnología y encargado entonces de la Autoridad Única de Vargas, que elaboró los planes de prevención y reconstrucción de la región devastada, criticó que no se haya hecho más desde el gobierno.

"Es una tarea muy difícil, pero 10 años después se debería haber hecho mucho más", comentó en declaraciones a Efe, antes de advertir que un fenómeno similar "puede seguirse produciendo y no estamos preparados".

La llamada "tragedia de Vargas", que conmocionó a todo el país y suscitó reacciones internacionales de solidaridad y ayuda, se desencadenó en el mismo día en que los venezolanos votaban en el referendo promovido por el presidente Hugo Chávez y en el que fue aprobada la nueva Constitución del país.

EFE.

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