viernes, 18 de diciembre de 2009

Economía para no economistas


Es agosto en una pequeña ciudad de la costa, en plena temporada; cae una lluvia torrencial y hace varios días que la ciudad parece desierta. Todos tienen deudas y viven a base de créditos. Por fortuna, llega un ruso mafioso forrado en plata y entra en el único pequeño hotel del lugar. Pide una habitación. Pone un billete de 100 dólares en la mesa de la recepcionista y se va a ver las habitaciones.
El jefe del hotel agarra el billete y sale corriendo a pagar sus deudas con el carnicero.

Éste toma el billete y corre a pagar su deuda con el criador de cerdos.


A su turno éste sale corriendo para pagar lo que le debe al molino proveedor de alimentos para animales.


El dueño del molino toma el billete al vuelo y corre a liquidar su deuda con María, la prostituta a la que hace tiempo que no le paga. En tiempos de crisis, hasta ella ofrece servicios a crédito.

La prostituta con el billete en mano sale para el pequeño hotel donde había traído a sus clientes las últimas veces y que todavía no había pagado y le entrega el billete al dueño del hotel.

En este momento baja el ruso, que acaba de echar un vistazo a las habitaciones, dice que no le convence ninguna, toma el billete y se va.


Nadie ha ganado un centavo, pero ahora toda la ciudad vive sin deudas y mira el futuro con confianza.


Moraleja: ¡Si el dinero circula, se acaba la crisis!

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