martes, 15 de diciembre de 2009

La alianza Chávez-Castro endurece su retórica frente a EEUU


La Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) fundada en 2004 por el presidente, Hugo Chávez, y el entonces presidente de Cuba, Fidel Castro, endureció su retórica antiestadounidense en la XIV cumbre que ha celebrado desde entonces, quinta en 2009, que terminó en La Habana.

Chávez y el actual mandatario cubano, Raúl Castro, arremetieron contra la política de Washington en América Latina con palabras y tonos que a algunos observadores les recordaron la Guerra Fría.

"Se agudiza el enfrentamiento" entre el "imperio" estadounidense y las fuerzas "revolucionarias y progresistas" de Latinoamérica, dijo el general Castro el domingo, al inaugurar la reunión.

Agregó que Washington sigue considerando a América Latina su patio trasero e intenta dominar esta región "a cualquier precio".

La declaración final de la cumbre, a la que también acudieron los gobernantes de Bolivia, Evo Morales, y Nicaragua, Daniel Ortega, así como representantes de menor nivel de cinco países más, condena la "ofensiva política y militar" de EE.UU. al sur del Río Grande.

Morales logró que en la foto de familia de la cumbre sus pares salieran con el puño izquierdo en alto y auguró en la clausura que Latinoamérica será "el segundo Vietnam" de Estados Unidos.

El documento final rechaza en particular el acuerdo de bases firmado recientemente por Washington y Bogotá, al tiempo que defiende el "derecho" de Venezuela a poner en alerta sus defensas militares por ese motivo.

Los bolivarianos dicen que "América Latina y el Caribe debe ser una región libre de bases militares extranjeras", y que es "inaceptable utilizar la lucha contra el tráfico de drogas y el terrorismo internacional como pretexto para el incremento de la presencia militar norteamericana en la región".

"El verdadero objetivo de esta presencia -agregan- es el control de los recursos económicos, el dominio de los mercados y la lucha contra los cambios sociales en curso por parte de los gobiernos y las fuerzas progresistas".

También fueron rechazadas las recientes advertencias de la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, sobre las relaciones de países latinoamericanos con Irán.

Chávez dijo el domingo que las palabras de Clinton "son una amenaza sobre todo contra Venezuela y Bolivia, pero es contra todo el ALBA (...) Ella dice: deberán medir consecuencias; o sea -concluyó-, una abierta amenaza".

"Son los signos evidentes de una ofensiva imperial que trata de frenar el avance de las fuerzas progresistas y recuperar su patio trasero", dijo el mandatario venezolano, y agregó: "Ante eso (...) debemos fortalecer el ALBA y acelerar".

Destacó que su respuesta a Clinton es similar a la que dio el presidente boliviano antes de llegar a La Habana: "Lo mismo que dijo Evo: La indigestión que la tengan ellos; nosotros no podemos estar tomando pastillas, que la tomen ellos mismos".

La declaración final de la cumbre también reitera el "total rechazo" al bloqueo comercial y financiero impuesto por Washington a Cuba desde hace medio siglo y reclama "su cese inmediato".

La Alianza ratificó igualmente su condena del golpe que derrocó al presidente hondureño Manuel Zelaya, el pasado 28 de junio, e insistió en desconocer las elecciones del pasado 29 de noviembre en ese país, que califica de "espurias".

Los bolivarianos "expresaron su más firme convicción de que el golpe militar en Honduras, perpetrado con el apoyo de los Estados Unidos, ha tenido como propósito frenar el avance de las fuerzas del progreso y de la justicia social en ese país y en la región América Latina y el Caribe".

Además, alertan sobre el peligro de volver "a la época de los golpes de Estado, con el objetivo de ahogar nuevamente los derechos de los pueblos y apuntalar los intereses de las fuerzas de la reacción y del imperialismo".

En vista de que el Gobierno de facto que encabeza en Honduras Roberto Micheletti no dejó que Zelaya abandonara la embajada de Brasil en Tegucigalpa para viajar a Cuba, en la cumbre lo representó su canciller, Patricia Rodas.

EFE.

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